K. B. subía sola en el telesilla biplaza que da acceso a las pistas de la zona alta de la estación de esquí. En ese momento, la densa niebla dificultaba mucho la visibilidad. Según relató la propia joven, hacia la mitad de la subida, se le cayó la máquina de fotos que llevaba en la mano. Ella se movió para tratar de recuperarla, pero con tan mala suerte de que resbaló de la silla pese a llevar correctamente la barra de seguridad. En un primer momento, quedó enganchada por la ropa al remonte y así permaneció unos segundos hasta que acabó precipitándose al suelo. Se encontraba a una altura aproximada de seis metros.
A pesar de la violencia del golpe la joven se mantuvo consciente en todo momento. Nada más alertar del accidente se puso en marcha el operativo de rescate de la estudiante americana, que ayer visitaba por primera vez la estación de esquí de Pajares. El 112 desplazó hasta el lugar al helicóptero medicalizado para que se hiciera cargo de su traslado a un centro hospitalario, pero las malas condiciones meteorológicas reinantes en ese momento hicieron imposible su aproximación a la zona. Así que, finalmente, en torno a las dos de la tarde, fue una UVI móvil quien se llevó a la chica al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde quedó ingresada.
La primera evaluación médica, realizada en la misma estación de esquí, apreció al menos una costilla rota y también una posible fractura en una pierna. K. B. presentaba asimismo un fuerte traumatismo en la espalda. Efectivos de la estación iniciaron, una vez trasladada la herida al HUCA para un examen más exhaustivo, una investigación sobre el accidente con el fin de determinar la causa de la caída.
Estación segura
Los accidentes graves no suelen ser frecuentes en el enclave invernal de Valgrande-Pajares, aunque cada temporada son inevitables pequeños accidentes, bien por imprudencias de los usuarios, choques entre esquiadores o caídas fortuitas. Precisamente este fin de semana la estación presentó una nueva señalización de seguridad que próximamente será instalada en las pistas.Uno de los últimos siniestros graves se produjo en febrero de 2009, cuando un gijonés de 39 años, Víctor Manuel C. R., resultó herido grave tras chocar con otra esquiadora en la pista de El Tubo.
En diciembre de 2004, una niña de 10 años impactó violentamente contra un paravientos y sufrió fracturas de diversa consideración. A. V. M. esquiaba sin casco y en compañía de sus padres en la Hoya del Cuito Negro. Descendió directamente la pista sin realizar viraje alguno y con el peso sobre las colas de los esquís, golpeándose violentamente contra el paravientos.
