El motivo de las cancelaciones es claro: los colegiosntre cinco días y seis días preparan estas salidas a la nieve con un plan concreto, que dura e. «Suelen dedicar el lunes o el domingo para viajar a la estación y, claro, se encuentran con que el martes está cerrado y pierden un día, ya que marchan los viernes. Prefieren ir a otro sitio», informa Ángel González. Para dar una idea de la importancia que supone este tipo de clientes para la escuela (y para la zona) dio los datos correspondientes a la temporada anterior: hubo 1.457 alumnos procedentes de 52 colegios, tanto en la semana blanca como en salidas organizadas de una semana. «Son grupos que vienen de Portugal, Salamanca o Galicia y no se pueden permitir el lujo de perder un día». Las previsiones para la presente temporada son 47 colegios para la semana blanca y otros quince en salidas propias. «Como esto no se arregle, habrá más cancelaciones», advirtió.
Y esto, por supuesto, puede tener repercusiones en el ámbito laboral. «En la escuela tenemos hasta 40 profesores. Muchos vienen de fuera y, este año, puede que no se vean colmadas sus expectativas laborales. Si esto baja, no hará falta tanto profesor». Pero alrededor hay más, señala, como restaurantes, cafeterías y, fuera de la estación, la hostelería de la comarca «que se resiente». Por eso, espera que el anuncio realizado el sábado por el viceconsejero de Cultura y Deporte se cumpla: «A ver si es verdad que este martes es el último que se cierra».
Un pacto no tan cercano
Precisamente sobre ese anuncio de Alejandro Jesús Calvo Rodríguez se hablaba ayer en la estación; era la comidilla de los trabajadores. El comité de empresa no se quiso pronunciar, pero eran muchos los empleados que calificaban ese anuncio de «osado», ya que, aseguraban, no hubo negociación alguna para intentar llega a un acuerdo para abrir los martes. Lo que tiene la plantilla es una propuesta de reorganización lista para firmar, en la que se recoge esa redistribución de descansos hacia jornadas estivales, cuando la estación está cerrada. Pero no hay acuerdo. De hecho, será en asamblea -mañana- cuando se aborde esta cuestión para, con posterioridad, trasladar la decisión en una reunión prevista para el jueves. Lo cierto es que desde se anunció esta medida de ahorro, al Principado no le han dejado de llover las críticas por el daño que supone a las propias estaciones y a los sectores que se mueven alrededor de la nieve, como la hostelería, escuelas de esquí o de prestación de servicios vinculados. Según cálculos realizados por el propio comité de empresa de Pajares, la estación perderá alrededor de 96.000 euros en la temporada con el cierre semanal.Pero hay más, porque estos mismos cálculos cifran los daños en el sector hostelero y de servicios en 1,2 millones de euros y la pérdida estimada de puestos de trabajo indirectos en 68. Los empresarios turísticos consideran, a través de la mesa de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), que el cierre semanal «acarreará un gran perjuicio a los negocios de la zona, para los que el esquí es un recurso primordial y un gran el elemento de desestacionalización». Fade indicó que este cierre «afecta directamente a consolidadas ofertas turísticas tan importantes».
