Maria José López hace balance en su tercer año al frente de Cetursa

-Esto era casi inimaginable hace unas semanas. Hemos sido la primera estación de España que hemos abierto y, además, lo hicimos con 40 kilómetros. Desde entonces hemos seguido creciendo en kilómetros porque el tiempo nos ha acompañado: ha nevado y nos ha hecho mucho frío, con lo cual hemos podido producir nieve. Este frío, las nevada y la producción de nieve artificial han propiciado una situación en la estación estupenda.

-Calcular es muy complicado. Pero si tenemos una buena temporada como la del año pasado y tenemos buena nieve, casi con repetir los números del año pasado nos damos por satisfechos. Pero, evidentemente, nuestro objetivo tiene que ser seguir creciendo en visitantes y en satisfacción. A nosotros lo que nos preocupa no es sólo que haya turistas y visitantes, sino que nuestro cliente cada vez esté más satisfecho y disfrute de más calidad.

-En primer lugar, nosotros ofrecemos una nieve muy diferente a lo que ofrece el resto, sencillamente por la altitud. Estar a 3.400 metros es muy diferente. Tenemos una calidad de nieve excelente, una nieve polvo espectacular, y luego hay otro elemento que es muy determinante y muy diferente: el sol. Normalmente nuestra temporada se caracteriza por tener mucho sol. Una nieve muy buena, mucho frío y a la vez un sol espléndido, eso es lo que ofrece Sierra Nevada. Aquí esquiar es maravilloso, y eso no lo ofrecen en ningún otro lado.

-Las más importantes están en la Loma de Dílar. El año pasado iniciamos una mejor segmentación del área esquiable. Lo que queríamos es que nuestros clientes circularan mejor y que, a la vez, hubiera segmentos en la estación donde determinados esquiadores tuvieran más cosas que les pudieran llamar la atención.

Un ejemplo es el área joven. El año pasado iniciamos en la Loma de Dílar una línea de trabajo destinada a darle un área diferente a la gente joven, a los free style y a los snowboarders, para que esos esquiadores que buscan otras sensaciones, que busca el salto, que busca una situación límite, quizá incluso un poco radical, tuvieran un área para ellos. Hemos seguido y este año hemos construido un half pipe que tiene 165 metros de alto, 6 metros de profundidad y 32 de inclinación, donde los saltos de 14 metros quitan el hipo.

Luego, en el área familiar hemos intentado que Borreguiles sea para las familias un área mucho más segura, más tranquila, donde pueden dar los primeros pasos con sus hijos, donde hay una zona para el principiante que es divertida y que no alberga sobresaltos. Y luego hay una zona, la parte alta de la estación (donde están las pistas de la Laguna de la Yegua, el Águila, la Virgen de las Nieves) donde se necesita un esquí más experto. Allí el esquiador se encuentra con un desnivel de 1.200 metros, que da un gran subidón de adrenalina. Lo que estamos haciendo es intentar satisfacer a todos nuestros clientes. A nosotros nos interesan las familias, los jóvenes, el esquiador experto, el que quiere esquiar en nieve más profunda... Estamos intentando darle salida a todo el mundo. Y para eso estamos especializando determinadas zonas en la estación.

-El equipo que se incorporó hace tres temporadas quería precisamente potenciar que la estación tuviera espacios muy bien definidos donde todo el mundo esté feliz y tranquilo y aproveche su tiempo de ocio con la mayor calidad. Ese es nuestro objetivo, la máxima calidad. Y hacer disfrutar a nuestros clientes del poco tiempo de ocio que tienen, hacer posible que se lo pasen bomba.

-El que sobrevive en los momentos de crisis no es probablemente el más fuerte, sino el que mejor se adapta. Y nosotros nos hemos impuesto ser los que mejor nos adaptamos a las necesidades de los clientes. Hay que hacer precios especiales a las familias, porque si no, no pueden venir. Para los jóvenes tenemos el Subidón, que les permite esquiar con el 50% del coste original del producto; los niños de 0 a 5 años no pagan; los de 5 a 12 tienen en determinadas fechas descuentos del 50%. Los momentos son duros y difíciles y lo que queremos es que nadie deje de venir a esquiar a Sierra Nevada. Al menos que no sea porque nosotros no nos adaptamos a sus necesidades.

-Lógicamente, como todo. Nosotros no estamos fuera de la crisis. La ventaja es, sencillamente, que el esquiador que quiere esquiar, viene. La diferencia es que a lo mejor sólo se queda tres días en lugar de cuatro o cinco, pero sigue viniendo. Lo único que hace ahora es rentabilizar su dinero, sacarle más jugo.

-Eso ha marcado un antes y un después. No puedo decir otra cosa, fue descubrir un mundo nuevo. Nuestra Consejería no sólo está encantada de que trabajemos como uno más, sino que nos ha abierto todas sus puertas, todos sus canales, su corazón... Las posibilidades ahora son mucho mayores. Sólo en la comercialización ha supuesto un salto cualitativo.

-Tenemos un mercado clásico, que es el portugués, y luego un mercado que es muy interesante, como el británico. Pero a través de la Consejería estamos abriendo mercado en los Países Nórdicos y en Rusia. Son mercados muy interesantes. ¿Sabes cómo se esquía en Noruega? Pues en sombra... Así que cuando aquí llegan esquiadores de esas zonas y se encuentran esta nieve con este sol, no se lo creen.

-Hacia la calidad y hacia la excelencia. Ese tiene que ser nuestro elemento diferenciador. Nuestro cliente es el eje de nuestra actuación, nuestra razón de ser y de nuestro trabajo. Y así tenemos que continuar: calidad, calidad y calidad.

-Estamos trabajando mucho junto a los empresarios. Para nosotros la colaboración con los empresarios de Sierra Nevada es imprescindible y hemos constituido un frente común. Cetursa, empresarios, comerciantes y hosteleros, todos tenemos que remar en la misma dirección si queremos obtener esa calidad. En los tiempos difíciles remar juntos es remar con absoluta garantía de salir adelante. Y eso para nosotros es fundamental.

-Tenemos que mejorar en el área urbana, sobre todo cuando somos conscientes de que es un área que en su momento, en los años 60, fue fruto de una planificación diferente, porque la perspectiva del esquí y de las urbanizaciones no era la misma. Pero ahora lógicamente necesitamos planificar cualquier tipo de actuación que se haga en el área urbana. Ya estamos trabajando en un plan de movilidad urbana junto al Ayuntamiento de Monachil y los empresarios. Tenemos que ir a facilitarle la vida a nuestros clientes.

-Ahora mismo el acceso ha mejorado muchísimo, porque hace dos temporadas tomamos la decisión de elaborar un protocolo de actuación con la Guardia Civil, Protección Civil, el Ayuntamiento de Monachil y los empresarios. Lo que hacemos es abrir las taquillas y los remontes antes, de forma que cuando nuestro cliente va a subir a las 8:30 de la mañana todo eso está despejado. Para nosotros ha sido muy importante la construcción del nuevo aparcamiento. Al aumentar en casi 1.000 plazas, hemos descongestionado y hemos dado mucha tranquilidad a la estación. Al tener ese margen no hay agobio, la gente no se angustia. Es un protocolo muy medido, muy estudiado y, sobre todo, muy equilibrado. Gracias a él ya llevamos dos temporada en las que no hay atascos en las carreteras.

-Nosotros las tres inversiones que había que hacer ya las tenemos hechas. Tanto la pista Universiada como el half pipe, además de la segunda balsa, que junto a la que ya tenemos nos garantiza que más del 60% de la estación podría producirse en nieve artificial. Así nos aseguramos que en la Universiada, aunque haya dificultades, tendremos nieve.

-Este año tenemos casi 80 competiciones a lo largo de la temporada. Campeonatos de España, de Europa, de Andalucía... Pero esta temporada tenemos un referente interesante que es el Campeonato del Mundo Junior de Snowboard. Va a ser una prueba interesante, porque estrenaremos nuestro half pipe y veremos cómo funciona en competición. Es ya una expectativa verlo funcionar desde el punto de vista del cliente y del turista, pero vamos a ver qué tal se comporta en las pruebas deportivas.

-El gobierno andaluz hizo un esfuerzo increíble desde que se organizó el campeonato del mundo del 95. Y desde entonces la comunidad no ha dejado de invertir. En los últimos diez años hemos invertido 90 millones de euros, que se dice pronto, pero es mucho dinero. Y en esta legislatura, 30 millones de euros. Tranquiliza mucho que toda una comunidad autónoma apueste por la estación. Y eso se hace con inversión y decisión política.

-La verdad es que la situación actual es una situación tranquila. Hemos procurado que la plantilla no se vea afectada más de lo necesario por las medidas de austeridad que hemos tenido que tomar, que han recaído fundamentalmente en los directivos. Hemos hecho un plan de austeridad muy estricto y estamos gestionando con eficacia y eficiencia nuestros propios recursos.

-Creo que históricamente esta estación habrá contribuido a iniciativas de estudios de ampliación. Yo soy la menos indicada, porque esa decisión reside en el Parlamento de España, que es el que tiene la competencia para hacer la ampliación puesto que estamos en un macizo que es un espacio natural y con protección de parque nacional. Tampoco medioambientalmente nosotros podemos intervenir, porque no tenemos autoridad. Lo que sí puedo decir es que nosotros estamos preparados para gestionar este área y la que nos digan. En cualquier caso, lo que sí tengo muy claro es que si se plantea esa posibilidad tiene que haber un acuerdo político, un acuerdo social, un acuerdo con colectivos y con todo aquél que tenga que intervenir en esa decisión, un acuerdo total. Esas decisiones tienen que ser muy consensuadas. Nadie puede tomar una decisión unilateral sobre la ampliación porque es muy arriesgado.

-Esos futuribles son muy difíciles. Yo confío mucho en los ciudadanos y en su inteligencia, sea cual sea el resultado de las elecciones.

-No tengo ni idea. Le he oído siempre a Javier Arenas decir eso, pero no concreta nada. Por aclararlo, el capital principal de Cetursa es de la Comunidad Autónoma, de todos los andaluces. El presidente del Consejo de Administración, que es una figura institucional, puede ser quien queramos que sea. El alcalde, el presidente de la Diputación, el consejero, el presidente de la Junta... Pero al frente de las decisiones está el consejero delegado, que es el órgano delegado, y esa es una granadina, que soy yo. Podemos acercarnos lo que quieran. Tenemos muchas posibilidades y no habría que hacer nada más que nombrar a un presidente del Consejo. Pero aquí quien toma realmente las decisiones es la consejera delegada, y esa es granadina de pura cepa.