Menos de la mitad de usuarios de los que hubo el año anterior, que ya fue considerado malo. O la sexta parte de la mejor ocupación, que se registró en 2009. Un desolador rendimiento que supone, de paso, un desastre económico para toda la comarca. Las estimaciones oficiosas apuntan a que Alto Campoo habría dejado de ingresar más de 3,5 millones de euros, cantidad a la que se sumaría el millón de euros que tampoco entraron en la caja de los negocios, comercios y hostelería de la zona.
A lo largo de los 128 días que este año duró la temporada en las pistas de Brañavieja la nieve acompañó muy poco. Ha sido un mal aliado de los esquiadores y un enemigo de los negocios y establecimientos de la comarca que viven alrededor de esta actividad. Las exiguas nevadas obligaron a tener cerrada la estación tantos días como abierta. Según los datos aportados por Cantur, desde el 27 de noviembre al 3 de marzo la estación invernal estuvo cerrada 52 días por falta de nieve y otros diez más hubo de cerrarse a causa del mal tiempo. Los 66 días restantes Alto Campoo dio servicio a los esquiadores, pero la mitad de ellos apenas pudo ofrecer un servicio mínimo en las cotas altas, a partir de los 1.800 metros. En la cota inferior no tuvo capacidad para aguantar nieve suficiente que permitiera, siquiera, el uso para niños o principiantes a pie de estación.
La infraestructura turística es una de las empresas que más aporta en la comarca en puestos de trabajo, actividad y como generador de ingresos. De ahí que la repercusión en aquella zona también ha sido evidente. Desde la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Reinosa su presidente José María Torices habla de «año fatal», y evalúa los efectos principalmente en pérdidas de contrataciones y en bajas de ingresos hosteleros. No maneja cifras, sólo estimaciones:
Mal tiempo
El devenir del tiempo meteorológico hizo que las condiciones le fueron adversas a la estación invernal precisamente en los mejores momentos de la temporada. Recién abierta, con los esquiadores ansiosos aún por lanzarse a la nieve y desgastar tablas, la instalación tardó una semana en cerrar por falta de nieve. Y lo hizo en pleno 'puente' de la Constitución, uno de los pilares de la temporada blanca. De este trastorno ya no se recuperó el resto de la temporada.
Abrió luego el 27 de diciembre, prácticamente con lo justo de nieve y a modo de 'efecto llamada'. Y aguantó tres días para volver a clausurar en vísperas de Fin de Año, otra de las patas que sustentan el ciclo. Posteriormente, a partir de febrero, Alto Campoo fue tirando más mal que bien porque sin sistema de innivación artificial, sin cañones, resulta imposible 'estirar' la nieve. Y mientras tanto, los esquiadores han acudido a otros lugares donde les aseguran la práctica del esquí, como en San Isidro o Valdezcaray, donde todavía ahora se puede practicar.
Comparativas
La mejor jornada para Alto Campoo fue el primer domingo de marzo, el día 6, cuando tuvo por sus pistas a 3.585 esquiadores. Esa fecha, junto a la de inauguración (unos 1.400 usuarios) y el 27 de diciembre (alrededor de 2.500) fueron las más cargadas, pero muy lejos de los doce mil esquiadores para los que la estación cántabra está capacitada de gestionar en un solo día.
Tras el cómputo de los 66 días, el resultante son 40.009 esquiadores en toda la temporada. Queda muy lejos de los 105.268 que arrojó una floja temporada 2009/10, y sin mínima comparación respecto a los que hubo en la campaña 2008/09, extraordinaria en cuanto a usuarios, 248.714, cifra récord de usuarios, y en cuanto a jornadas abierta, 175. Pero a esa magnífica temporada le antecedió curiosamente la que arrojó los peores números: alrededor de 20.000 usuarios y sólo 21 días de uso.
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