Y de esa manera y sin orden ni concierto, se plantaban remontes por todos lados. Cualquiera que vaya a una veterana estación de los Alpes, quedará asustado de la cantidad de hierros que puede encontrar por toda la montaña. Remontes que muchas veces tienen poca eficiencia. Por ejemplo, cada remonte de Whistler-Blackcomb, estación creada en 1966 a conciencia y planificada, es capaz de transportar de media a 85.000 esquiadores al día. Cada uno de los 100 que tiene Courchevel en cambio, tan solo pueden arrastrar a 15.000 diarios. Insostenible.
Mathews es propietario de uno de los pesos pesados en el sector de la planificación de remontes, donde mandan también otras dos compañías: la francesa Dianeige, y la estadounidense SE Group. Pese a ello, la empresa, fundada en 1975, no cuenta con más de 25 personas, y continua con su vieja sede situada en un antiguo barrio residencial de Whistler. En 2009 facturó 3,2 millones de euros, y este de 2010 no espera superar los 3 millones por culpa de la recesión económica que afecta a todo el planeta.
El trabajo que tiene por delante con Courchevel no es sencillo. Para empezar quiere reducir a la mitad la cantidad de remontes. Hay que retirar telesquís y poner telesillas que sean capaces de transportar mas esquiadores por hora. Y luego está el tema de la planificación global. Courchevel es una estación en el que la experiencia de la montaña se debe entrelazar con la alta gastronomía, los hoteles de lujo y las tiendas exclusivas.
Así que el equipo de 25 planificadores va a tener que rediseñar cada detalle, y eso significa desde calcular la altura exacta de cada escalón que lleve a pistas, la de los edificios y hasta el espacio y lugar que deben ocupar los comercios. Gastronomía, hotelería y comercio son tres pilares sobre los que la estación francesa deberá apoyarse cada vez más para no depender tanto de la venta de forfaits.
Y es que esto es algo que antes no se hacía. Cuando un empresario decidía explotar aquellas lomas por las que se tiraban los primeros esquiadores, simplemente colocaban remontes donde buenamente podían, y las pistas se trazaban en verano, gracias a los expertos de la zona que se conocían la montaña. Pero en definitiva nadie se planteaba la orientación ni donde se acumulaba más y mejor la nieve. Todo se basaba en la intuición.
Llegar a todo esto con Courchevel no le fue sencillo a Ecosign. Unos dos años tardó en convencer a la empresa de que su modelo a imitar era el de Whistler, donde la misma estación gestiona todo, desde los remontes, escuelas de esquí, hoteles, etc... Además, pese a que ha planificado estaciones en Suiza, Austria y hasta en Japón, le faltaba precisamente experiencia en grandes complejos de los Alpes de Francia. De todas maneras, si que ha trabajado con otras estaciones menores del país.
Entre los logros de Ecosign está la planificación de Blackcomb. La montaña pertenecía, y pertenece, a Intrawest Corp. que además era dueña de la de Whistler. Las dos empresas diseñaron un plan director de manera que se uniese la villa con la montaña. Y se calculó todo. Desde las horas de sol que se reflejan en una determinada zona en los meses mas oscuros de Enero y Febrero, a como hacer que los esquiadores no tengan que caminar mas de un determinado número de metros con las botas puestas hasta el primer remonte.
Ecosign en España
Paul Mathews creció cerca de las Rocosas de Colorado, esquía desde los 5 años, y descubrió Whistler cuando su familia se mudó a Seattle. La estación de Vancouver le enamoró por "su cerveza, su nieve polvo y las chicas de Canadá, aunque no neceariamente por ese orden" afirmaba Mathews a David Ebner en una entrevista para la cadena canadiense CTV News. Después de servir en Vietnam con la Marina de Estados Unidos, se fue a estudiar silvicultura y arquitectura paisajística en la Universidad de Washington, en Seattle, yendo a Whistler todas las veces que le era posible.
Ecosign utiliza amplia tecnología para ayudar a las estaciones en su planificación. Uno de sus últimos programas es capaz de averiguar donde está la mejor nieve, o en que punto de la montaña pega mejor el sol para instalar una terraza solarium. El software, escrito por un profesor eslovaco, usa una serie de algoritmos desarrollado originalmente para la industria forestal. Con este software, Ecosign puede 'cuadricular' la montaña y calcular la cantidad de energía solar en un punto específico. Los algoritmos mezclan una serie de factores como el ángulo y aspecto de la pendiente, la altitud, longitud y latitud, además del tiempo del día y el año.
Entre las anécdotas que cuenta Mathews, está la que sucedió hace unos pocos años en un mes de Abril en que la nieve ya estaba en su proceso de derretimiento en Suiza. Mathews estaba con un grupo esquiando allí junto a leyenda nacional Bernhard Russi, quien los había invitado a su casa de la montaña en Zurich. Pues bien, guiado por un mapa generado por Ecosign, fue capaz de guiarlos hasta un lugar secreto con la nieve perfecta!. Era conocido por todos los locales, pero nadie esperaba que alguien desde Whistler pudiera guiarles hasta aquel lugar.
Su primer cliente europeo fue la estación suiza de Laax, que usa un sistema integrado similar al de Whistler, dueño de todos los remontes, hoteles, y hasta de la escuela de esquí. La estación suiza está viendo como el negocio ha subido un 20% en los últimos tres años, hasta superar los 64 millones de euros de facturación, y las ganancias aumentaban un 50%, alcanzando los 21 millones de euros.
En España Ecosign está actualmente asesorando a Sierra Nevada en los trabajos de la Universiada 2015. También está involucrado en el proyecto de Aragón Ski Circus, la unión de Astún y Candanchú para enlazar posteriormente con Formigal. Y nuevamente en Aragón trabaja en la planificación de la ampliación de Cerler por Castanesa. En el Pirineo catalán trabajó en el fallido proyecto de Vallfosca Resort. En el lado francés de nuestro Pirineo trabajan también en un amplio proyecto para Portè-Puymorens.