Los operarios de la empresa británica Briton comenzaron ayer los trabajos para instalar en las dos pistas de esquí del complejo de ocio y aventura
Meseta Ski el novedoso sistema
'snowflex' patentado por esta firma que, a diferencia del elegido en un principio para las instalaciones, permitirá a los usuarios utilizar
sus equipos de esquí tradicionales sin necesidad de alquilar unos específicos.
Esta ventaja es uno de los motivos principales que hace algo más de tres años llevaron al equipo de gobierno de la Diputación y a la Sociedad Provincial de Desarrollo, Sodeva, a optar por el material aunque, para ello, se hizo necesario modificar el proyecto de ejecución del complejo y
ampliar en tres millones de euros el presupuesto inicial de las obras.
Los empresarios, que permanecerán en la pedanía tordesillana de
Villavieja del Cerro los tres meses previstos hasta el final de las obras, han tenido que retomar unos trabajos que ya iniciaron a principios de 2007 y que fueron paralizados por orden judicial el 27 de septiembre de ese mismo año a instancias de la organización Ecologistas en Acción.
Riego continuo
Tal y como explicaba ayer el arquitecto responsable del proyecto, Valentín González, la elección del nuevo sistema ha sido un acierto:
«porque es el mejor que existe en el mercado, permite la utilización de los equipos tradicionales, dispone de una capa mullida que amortigua las caídas y multiplica el efecto de nieve artificial y, además, cuenta de un procedimiento de riego continuo y de recogida de agua que favorece el deslizamiento».
Aunque ese incremento presupuestario iba a ser asumido en un principio por la empresa Corsan-Corviam, adjudicataria de la obra y de su explotación durante los primeros siete años, la paralización de los trabajos obligó a
rescindir el acuerdo y la Diputación tuvo que hacer frente en solitario a los
10 millones de presupuesto global. La cantidad incluye los dos millones que le costará a la institución asumir los desperfectos ocasionados en las obras ya ejecutadas por el paso del tiempo y por la imposibilidad de llevar a cabo obras de mantenimiento, además de los gastos de gestión con la constructora.