La diferencia con el año pasado es que, aunque la estación de la Cerdanya pudo adelantar su apertura a la primera quincena de Noviembre, cuatro días después tuvo que cerrar por la subida de las temperaturas. Una situación diferente a la de 2009, cuando abrió para no cerrar hasta el 10 de mayo, en la que fue la temporada más larga en los mas de 40 años de Masella. Parecido caso se dio en el resto de estaciones como Baqueira, que el año pasado abrió el 21 de Noviembre, y este 2010 tuvo que esperar al Puente de la Inmaculada.
Sin embargo, los resultados son bastante buenos. Sin haber hecho los recuentos oficiales, el número de forfaits vendidos se acerca a los 1,7 millones, medio millón por debajo de los registros espectaculares del 2009.
En 2009 las estaciones de esquí del Pirineo catalán alcanzaron el volumen récord de 2,3 millones de días de esquí. Este año rondará los 1,7 millones, según los primeros balances de las estaciones de esquí, justo después de cerrar la campaña. Unos 1,2 millones en el Pirineo de Lleida, y setecientos mil en las estaciones de Girona, según las estimaciones avanzadas por las estaciones. Unos registros que no llegan a los del año pasado pero que representan un cierre de temporada muy correcto para los intereses de las estaciones.
«La temporada ha sido difícil al principio, con un clima adverso», explica Cristóbal Pérez, portavoz de Gran Pallars, la sociedad que gestiona las estaciones de Espot y Port Ainé. Las primeras nevadas fuertes en el Pirineo se hicieron esperar, hasta bien entrado el mes de diciembre, y luego las lluvias complicaron el arranque de la temporada hasta en Navidad. «A partir de fin de año todo fue mucho más rodado, nieve abundante y buen tiempo los fines de semana, y conseguimos remontar», explica el portavoz de Gran Pallars. Entre las dos estaciones del grupo han conseguido vender entre 140.000 y 150.000 forfaits, registro que iguala el de la campaña del año pasado.
En el resto del Pirineo leridano, Baquèira Beret (unos 750.000 forfaits), Boí Taüll Resort (unos 150.000), Tavascan (15.000) y el Port del Compte (120.000 forfaits) se han movido entre la repetición de los buenos resultados del año pasado y una reducción de un 10%, según los primeros recuentos.
En el Pirineo de Girona también están satisfechos. «La temporada ha sido muy buena, casi hemos repetido los resultados del año pasado», explican desde la estación de La Molina. Esta estación calcula que ha repetido los 300.000 forfaits vendidos de la temporada pasada. En Masella califican la temporada de «año bueno». Al igual que el año pasado, la mala situación de la economía no ha impedido que la gente, aprovechando la abundancia de nieve en las cumbres, subiera a la estación a esquiar, sobre todo a partir del mes de enero.
Masella, además, ha querido alargar la temporada. Junto a Vallter 2000, es una de las únicas estaciones catalanas que aún están abiertas este fin de semana. Masella ha puesto como objetivo alargar la temporada hasta el 2 de mayo, si el tiempo lo permite, y Vallter este también será el último fin de semana esquiable. La Vall de Núria ha vendido 37.000 forfaits, un 11% menos que la temporada pasada, y Vallter ha recibido más de 67.000 esquiadores.
En el resto de estaciones del Pirineo la evolución ha sido similar. Las estaciones andorranas no han podido repetir los resultados del año pasado, en que gracias al clima pudieron disfrutar de seis meses esquiables, pero han obtenido unos registros más que correctos. En el Pirineo de Aragón las autoridades aragonesas de Turismo fijan en una horquilla de 1, 6 a 1,8 millones el número de esquiadores que este invierno han visitado sus estaciones.
Una vez terminada la temporada, las estaciones hacen balance y preparan mejoras e inversiones de cara a la próxima temporada. Ninguno ha anunciado ningún cambio espectacular. «Aún es pronto», responden la mayoría. Y, por mucha inversión que hagan, en última instancia todo acabará dependiendo de lo mismo: que nieve mucho y después haga buen tiempo.

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