El simulacro de rescate se hizo entre la cota 2.000 y la 2.500. El sistema para canasta sólo es válido con remontes de estas características, ya que la estación sólo tiene dos cabinas, aunque con capacidad para 50 personas cada una. Este teleférico, está situado en una zona de riesgo de aludes, que no permite la evacuación vertical, la cual se acostumbra a hacer en el resto de remontes de una estación de esquí.
Para hacer el rescate, varias personas se situaron dentro de una cabina que se detuvo a la mitad de la línea, a unos 60 metros del suelo. Un equipo se desplazó por el cable mediante una cesta que funciona con un motor térmico hasta llegar a la cabina, de donde evacuaron a los ocupantes. De todas maneras, en los primeros 400 metros desde el punto de salida de este teleférico, si es posible hacer un rescate vertical, por lo que el personal también pudo practicar esta maniobra, que consiste en evacuar a los ocupantes hasta el suelo con un arnés y unas poleas.
Los rescates sólo son necesarios cuando hay averías mecánicas, ya que si son eléctricas la instalación dispone de un grupo electrógeno que permite que las cabinas puedan llegar al destino. Además, los rescates sólo se llevan a cabo si la avería no se puede reparar en menos tiempo que lo que dura todo el salvamento, que en el caso de los teleféricos es de tres horas como máximo y si se tratara de un telesilla sería más reducido.
En caso de que se tuviera que hacer un rescate en cualquier instalación de la estación de esquí, se necesitaría la ayuda del personal de todas las estaciones. Es por este motivo que cuando se hacen estos simulacros participan empleados tanto de Vallnord como Grandvalira, además de los técnicos del Gobierno y efectivos de los bomberos y de la policía.
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