Catalunya acaba una Semana Santa con una media del 60-80% de ocupación

Quizá no ha sido el mejor colofón de la temporada, pero tampoco se quejan. A pesar de la crisis, el mal tiempo y el cierto hartazgo de nieve, las estaciones de esquí catalanas todavía confían en alcanzar los 170.000 esquiadores esta Semana Santa. Sin cifras aún en la mano, algunos complejos invernales aseguran que ya han superado la afluencia de esquiadores del año pasado. Vall de Núria habla de un incremento del 42%, mientras que La Molina apunta a un 30%. Baqueira-Beret no concreta, pero empezó las vacaciones de Pascua habiendo ya superado los 780.000 esquiadores de la pasada campaña.

"Casi no se recuerda una temporada como la actual", señalaba hace unos días Joaquim Alsina, presidente de la Associació Catalana d'Estacions de Muntanya (ACEM). De entrada, porque las condiciones de nieve han sido excelentes durante los cinco meses que llevamos de temporada. Y, en segundo lugar, porque, con la crisis económica, la gente ha renunciado a salir al extranjero y ha optado por pasar sus vacaciones cerca de casa, lo que ha favorecido a las estaciones de esquí.

Eso sí, la misma recesión ha hecho que los esquiadores hayan empezado a cambiar algunos hábitos. Cada vez, por ejemplo, se alquila más material (en lugar de comprarlo) y cada vez, también, hay más aficionados que dejan de esquiar al mediodía para ir a comer a casa. Esta Semana Santa ha servido para confirmar la tendencia: las pistas de esquí se han llenado, pero la ocupación hotelera en el Pirineo ha bajado progresivamente. Las estaciones de esquí catalanas han registrado buenas entradas, pero reconocen que cada vez son más los aficionados que solo pasan un día en las pistas y que regresan a casa tras la jornada de esquí.

Gasto contenido
La alegría del sector de la nieve no ha sido compartida por todos. Comercios, restaurantes y pequeños negocios turísticos del Pirineo han echado en falta la presencia de más gente esta Pascua. Los turistas, como era de prever, han contenido el gasto, recortando las estancias y reduciendo las actividades. La Federación de Hostelería de Lleida estima que el gasto por persona en los restaurantes de la demarcación se ha reducido esta campaña entre un 8% y un 10%.

"Las nevadas de la semana pasada nos hicieron pensar que la afluencia de turistas iba a ser mayor", se lamentaba, decepcionado, un hotelero pallarés. La ocupación en la comarca ha rondado el 60%, 20 puntos por debajo de la del año pasado. Y solo ha faltado el mal tiempo para acabar de aguarles la fiesta. Primero, llegó la lluvia, y luego, una bajada de temperaturas que convirtió el agua en nieve y que obligó a numerosos turistas a quedarse en casa o en sus hoteles. "Ha sido una Semana Santa difícil porque se nos ha juntado todo: el mal tiempo y el bajo nivel de consumo causado por la crisis", argumentó Carles Rabaneda, gerente de la empresa de aventura Roc Roi, con sede en Llavorsí. Los negocios de naturaleza, admitió Rabaneda, han sido los más perjudicados por la mala meteorología. "Con lluvia y frío, la gente no tiene tantas ganas de hacer rafting o de practicar senderismo", dijo.

Hasta el 90% de ocupación
En el Pirineo catalán, algunos hoteles llegaron, entre el viernes y el sábado, hasta el 90% de ocupación. La media de las vacaciones en los hoteles de la zona ha sido de entre el 60% y el 80%. Esta Semana Santa, la montaña ha ganado a la playa como destino.

Hasta el 10 de mayo
La mayoría de estaciones de esquí del Pirineo de Lleida tienen previsto cerrar sus instalaciones este lunes, con la excepción de Baqueira-Beret, que mantendrá abiertas las zonas de Baqueira y Bonaigua hasta el 19 de abril, y del complejo de Boí-Taüll, que ha anunciado que prolongará la temporada hasta el 10 de mayo, con un forfait especial de primavera que permitirá esquiar hasta el mediodía. Las estaciones de Espot Esquí, PortAiné y Port del Comte cierran esta misma tarde. Tavascan lo hizo ya a principios de este mes.

Girona
Las nevadas de los últimos días también permitirán alargar la temporada en las estaciones de Girona, donde algunos complejos invernales tienen previsto llegar hasta el mes de mayo. Es el caso de Masella, que permanecerá abierta hasta el 10 de mayo, si las condiciones meteorológicas y la calidad de la nieve lo permiten, y de Vallter 2000, que no cerrará hasta el 3 de mayo. Vall de Núria y La Molina calculan despedirse el 19 de abril. Las estaciones andorranas Vallnord y Grandvalira también abrirán parcialmente sus instalaciones hasta el 3 de mayo.