En cambio el gran auge del alquiler de esquís que se está viviendo en las últimas temporadas, está haciendo que estas tiendas tengan mucho más poder, exprimiendo los precios al comprar al por mayor. Hay empresas que están revolucionando el sector con ofertas del 2x1 en alquiler de material, o las que por un precio anual, o las que mediante una especie de tarifa plana, pagas un fijo a principio de temporada, y coges todos los esquís que necesites y los modelos que prefieras en cada momento y según la nieve que vayas a encontrar.
En cambio las botas, quizás por higiene o por que son más cómodas de transportar, se siguen vendiendo a buen ritmo, hasta el punto de que han superado a los esquís, y eso que las de snowboard se llevan ahora 1,3 millones de pares al año. Michael Schineis, Presidente de Amer Sports, empresa que gestiona las marcas Atomic y Salomon, calcula que actualmente se venden unas 3,8 millones de botas anuales (frente a los 3,5 millones de esquís), y su coste promedia entre los 150 y 300 euros, un precio mas bajo en comparación a unos esquís que suelen costar entre los 400 y 900 euros. Esta empresa no obstante, afirma que tendrá beneficios este año.
Entre los aficionados que suelen alquilar mas está el italiano, francés, escandinavo, los de la Europa del este, el alemán y el británico, mientras que al austriaco y al suizo le gusta comprar su propio material. Pero muchos van con sus botas a alquilar.
Alquiler Vs fabricación
Ahora los fabricantes se enfrentan a un cambio en el negocio: Entrar en el sector del alquiler o no. Si no toman una decisión rápida, podría pasarles como al sector de las discográficas, que se durmieron en los laureles y vieron como Apple y su iTunes les ha robado el mercado de la venta de música on-line, mientras las tiendas agonizan. Bruno Cercley, CEO de Rossignol, afirmaba hace unos días a Reuters que "los fabricantes de esquís dijeron que el alquiler no era su negocio, y ahora están perdiendo mucho dinero por su culpa", aunque añadió que "ahora estamos pensando en vías para compartir la cadena de valor con las tiendas de alquiler".
En general los fabricantes argumentan que no pueden entrar en el negocio del alquiler de esquís, porque los empresarios locales tienen copados las buenas posiciones de las mejores estaciones, y entrando a competir con ellos, podría pasar que dejaran de comprarles esquís. Klaus Hotter, Jefe de Producto de Head, afirma que han tomado la decisión estratégica de no entrar en ese sector para no hacer competencia directa.
Una tienda puede llegar a pagar los esquís y botas en apenas cuatro semanas de alquiler, y tiene por delante casi cinco meses de negocio, que en general se multiplican por tres años, que es cuando se suele renovar el material. Una rentabilidad altísima en comparación con los fabricantes, que tienen que hacer frente a costes fijos, un mercado en retroceso, demanda impredecible, y unas condiciones draconianas que le imponen los grandes majors de los alquileres de esquí.
Y luego está la venta on-line. Los minoristas y tiendas de alquiler cada vez usan mas esta herramienta, pero los fabricantes de momento se resisten.
Los fabricantes tienen ante sí el reto de meterse directamente en el negocio del alquiler de esquís, con tiendas de marca propia y rentabilidades muy altas. Y han de hacerlo rápido, sino quieren que vengan otras empresas a hacerlo por ellas. Jan-Hein Habes, CEO de Fisher, la única gran marca europea controlada por la familia fundadora, afirma que quieren diversificarse hacia productos de verano, "tratando de desarrollar un modelo de negocio más equilibrado"