En Escocia sus 5 estaciones están muy diversificadas, y tienen tanta actividad en verano como en invierno. Por eso, abrir las pistas en verano apenas les supone un gran esfuerzo, y pueden aprovechar esta nieve hasta que no queda ni un copo de nieve, porque sus instalaciones continúan abiertas igualmente abiertas para otras actividades.
Por ejemplo en Cairngorm, que este pasado 11 de abril alcanzó su cifra record de 51.000 esquiadores, y en breve espera llegar a los 60.000 (cifra que hubiera sido mayor de no cerrar algunos días por viento), los riders toman el funicular, abierto para los turistas del restaurante, y descienden las pistas en las que haya nieve. Bob Kinnaird, uno de los directivos afirma que, si ya lo hacen por su propia cuenta, ¿porque no abrir mas remontes y aprovechar para hacer caja? Se podría de esta manera, alargar ua temporada que el 1 de mayo hará cinco meses que está abierta, tras comenzarla el 1 de diciembre.
Las estaciones de esquí de Escocia asumen su rol de 'complemento'. Los británicos hacen sus vacaciones de invierno en los Alpes o destinos extranjeros, y Escocia se deja para los fines de semana. Tal como dice Colin Kirkwood, Director de Marketing de Cairgorm, son estaciones tanto para esquiadores que quieren aprender antes de lanzarse a sus aventura alpina, como para expertos que quieren hacer unos descensos 'cerca de casa'.
Aún así, todos coinciden que los remonte continuaran abiertos mientras haya nieve, y los gastos de funcionamiento no sean mayores que los que dejan los esquiadores. Vamos, que mientras haya afluencia habrán remontes en marcha. Luego, cada uno se deberá apañar con lo que haya abierto para las actividades extra esquí.