Esta pequeña ciudad apareció en los mapas geográficos hacia
1884, debido a que extrajeron más de 400 millones de dólares en sus minas de plata; su auge perduró hasta 1930 cuando el mercado internacional bajó radicalmente. En ella se pueden encontrar tres estaciones de esquí: Park City Mountain, Deer Valley y The Canyons, cada una con su propio encanto y entretenimiento, así como su plaza principal y tiendas para alquiler o compras de material de esquí.
Las calles del pueblo conservan 64 edificios históricos, la mayoría se encuentra en Main Street. También es posible conocer alguna de sus antiguas minas que funcionan como museos y restaurantes.
A la gente le gusta visitar Park City no sólo por haber sido catalogado como el
resort de esquí número 1 en Norteamérica por la revista Ski en los años
2001, 2005 y 2007, sino también porque la nieve tiene características especiales. Es perfecta para los deportes de invierno, ya que el lago salado que se encuentra en las cercanías,
absorbe la humedad de la nieve y evita que se convierta en hielo. En un espacio de 3.500 hectáreas hay 59 remontes para subir a las montañas, más de
350 pistas divididas en niveles de dificultad.
El Ayuntamiento de la ciudad ha propuesto una Ley que penalice a aquel esquiador que descienda temerariamente, con penas que van
desde los 1.000 dólares hasta los seis meses de cárcel, aunque de momento estas penas solo serán para las estaciones de
Park City y Deer Valley, las únicas dentro de los límites municipales, aunque
The Canyons también podría incluirse de tirar adelanta la propuesta lanzada al Consejo del Condado.
Esto significa que quien realice malas prácticas en pistas serán elevados al grado de delincuentes, y poder ser llevados por tanto hasta los tribunales, y los Ski Patrols poder ser citados como testigos. Hasta ahora estas tres estaciones solo podían advertir de la mala práctica si veía algún aficionado bajar de manera temeraria por sus pistas de esquí.
Una de las calles de Deer Valley, que sirve de pista en invierno