Un solo interlocutor
Todo el complejo, incluida la estación de esquí, los servicios de monitores o el autobús lanzadera que comunica las pistas con los hoteles durante todo el día, está gestionado por una única empresa. En 2004, el grupo Nozar adquirió prácticamente el 98% del capital y desde entonces ha invertido cerca de 27 millones de euros con un objetivo final: convertir el complejo en una atracción turística durante todo el año, gracias a la nieve en invierno y al senderismo, su proximidad al parque nacional de Aigüestortes y el arte románico del valle como alicientes permanentes.
Para ello, el máximo accionista de Nozar, Luis Nozaleda, ha mantenido la confianza en el que ya era consejero delegado de Boí Taüll Resort cuando la controlaba la Agrupació Mutua: Jordi Sabaté, exdirector gerente del Aquarium de Barcelona. Bajo su batuta, ha intentado que todo el personal del complejo trabaje pensando en satisfacer al cliente, solucionarle todas sus necesidades, asegurarle una estancia agradable y garantizar una calidad de servicio. Para ello, ha apostado por conseguir la máxima estabilidad del personal mínimo necesario para que funcione el complejo. "En los momentos de máxima actividad, podemos superar las 400 personas en plantilla, sin contar a los monitores de esquí, unas 150 personas más", explica.
El consejero distingue entre las estaciones de esquí que pueden funcionar con una clientela diaria, y las que necesitan que pernocten en la zona. Este es el caso de Boí Taüll. Y para conseguir que se pasen dos o tres noches en el destino es imprescindible que este tenga suficientes atractivos para ello. "En el caso de nuestra estación de esquí, eso se traduce en la necesidad de ampliar en 20 ó 30 kilómetros más de pistas los 50 disponibles actualmente, e incrementar la planta hotelera en 2.000 plazas más", explica Sabaté. Con esta ampliación, el objetivo de alcanzar los 250.000 esquiadores por temporada que harían totalmente rentable el complejo sería posible, añade. La mayor cifra de plazas que de kilómetros de pista se basa en la misma concepción de destino turístico, pensado "para toda la familia", y en el hecho de que durante los tres días de estancia solo esquían un 60% de los visitantes.
Sabaté asegura que el plan cuenta con el apoyo de la Generalitat y de la mayoría de autoridades locales, pero reclama también un mayor esfuerzo de todas ellas para dar a conocer la Vall de Boí, "incluyendo temas tan básicos como una buena señalización en las carreteras".
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