-203 cañones. Ésa es la cifra que suman las estaciones de esquí de Leitariegos (68), Pajares (82) y San Isidro (53).
—4.271 cañones. Es el total de los que hay en todas las estaciones de España, 400 más que en 2007. Su producción permite cubrir 320,5 km. de pistas.
—0,8 euros. Es el precio que cuesta aproximadamente la fabricación de un metro cúbico de nieve artificial entre agua, electricidad, instalación y personal especializado.
—Temperatura. No debe superar los cero grados centígrados o ser negativa para que se pueda fabricar nieve. De lo contrario, tan sólo producen lluvia gélida.
—Humedad. No debe ser muy elevada para que la nieve fabricada no se derrita al caer en la superficie o deshaga la nieve caída anteriormente.
—Electricidad. Unas 6.000 calorías por cada gramo de agua evaporada es lo que consume cada cañón.
En este sentido, resulta especialmente curioso que la instalación de cañones no asegura la nieve. Como ejemplo, Valgrande-Pajares, que tiene 82 cañones de nieve y que, actualmente, tan sólo puede ofrecer a los usuarios una superficie de 2,5 kilómetros esquiables. Alto Campoo, el otro gran referente de la Cordillera Cantábrica en lo que a esquí se refiere, permanece cerrada al público con unas pérdidas millonarias para el gobierno cántabro por culpa de no tener cañones de nieve artificial.
La situación que plantea el uso de los cañones, que por una parte permiten esquiar aunque las precipitaciones no sean de nieve y por otro suponen un gasto excesivo tanto de dinero como de agua y de energía, abre un debate en el que los grupos ecologistas, habituales detractores de las estaciones de esquí, encuentran uno de sus principales argumentos en este sentido: el gasto excesivo de energía y agua, que se suma al resto del impacto ambiental de las instalaciones. Por ejemplo, en Cataluña se ha calculado que las estaciones del Pirineo tan solo consumen tanta energía para fabricar nieve cada invierno como una ciudad de 15.000 habitantes en un año.
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