Los compradores son «hombres muy adinerados, la mayoría hombres de negocios», explica Serguei Ragozine, director de la empresa rival, Eco-Sistema. Dos elegantes y exclusivos centros moscovitas de estética y cuidados físicos acaban de instalar las famosas «cámaras de nieve». Su éxito se debe a un vieja tradición rusa, que sigue vigente, de echarse desnudo a la nieve saliendo del famoso «bania», el equivalente de la sauna. «Es un cuento de hadas», dice Liudmila Musatova, estilista de moda, mientras se dispone a penetrar en la «cámara de nieve» del club Kaskad. Lo que seduce «es el contraste, el calor extremo seguido del frío extremo», añade Evgueni Anvarov, otro socio de este club situado en el centro de Moscú, que paga 2.500 euros al año. «Es excelente para la salud. Si el club no fuera tan caro, todo el mundo vendría», añade.
Gama de servicios
El centro rival equipado con este dispositivo, el Rixos Royal Spa, se dispone a inaugurar una flamante «cámara de nieve» que completará una gama de servicios que comprende el acceso a una playa de arena. Con un sueldo medio oficial inferior a 420 euros en Rusia, no son muchos los que se pueden permitir estos baños de nieve estivales.
Ni siquiera el zoo de Moscú tiene los medios de garantizar frescor a sus cuatro osos polares, obligados a dormitar en medio del calor húmedo y asfixiante del verano moscovita: el cañón de nieve comprado para ellos hace cuatro años que está averiado. «Nos es imposible comprar una nueva máquina. El zoo no tiene suficiente dinero», explica Natalia Istratova, la portavoz del zoo.
Los moscovitas, en todo caso, no parecen muy afectados y piensan ya con impaciencia en esa gigantesca pista de esquí artificial que es presentada como la mayor de Europa, con sus 360 metros de longitud, y que tiene previsto abrir sus puertas en septiembre, en pleno corazón de la ciudad.
Se necesitarán nada menos que 4.000 toneladas de nieve artificial para recubrir esa nueva pista, destinada a los esquiadores son incapaces de esperar hasta la llegada del invierno.
Eco-Sistema ha sido la afortunada empresa que ha ganado la concesión para equipar a la pista con unos gigantescos cañones que le garantizarán nieve todo el año, con un presupuesto de diez millones de euros. «El mercado crece de forma exponencial. Cada vez hay más gente que puede permitirse este tipo de cosas», se congratula el director de Eco-Sistema.