El arte de dominar el hielo en pistas
Todos hemos oído el característico sonido del hielo al cambiar de una zona y sentir que los esquís no obedecen. No hay que preocuparse. Encontrarnos con placas de hielo es algo que puede suceder mucho más a menudo de lo que podemos pensar y hay que ser conscientes de que el hielo se forma tanto en las pistas como fuera de ellas.
En esos momentos no debemos perder los nervios, ni por supuesto el control de las tablas. Trataremos de no derrapar, pero tampoco de cantear con demasiada fuerza. Un exceso de presión a la hora de frenar nos dejará clavados en medio de la pista. Nuestros virajes serán suaves y siempre controlados y trataremos de perder velocidad a favor de un mayor control.
Es fundamental estar equilibrados sobre los esquís. Para ello se debe incrementar el ángulo realizado con el cuerpo. Se logra echando la mano externa hacia las botas. Permitirá que las pantorrillas se bajen para inclinar los esquís, mientras el cuerpo permanece centrado sobre ellos.
Finalmente, conviene incidir en el esquí fuera de pista. En temporadas como las actuales, en que las precipitaciones son escasas, es conveniente subir al remonte más alto y de allí buscar esa zona virgen y nevada, fuera del terreno balizado, que puede estar helada y exigir conocimientos técnicos para descenderla.
Lo habitual es salir en grupo, con amigos o con los compañeros de cursillo. En estos casos conviene conocer de antemano el nivel técnico de los integrantes del mismo. Y tener en cuenta que un esquiador con un grado de esquí inferior al resto pondrá en peligro a todo el equipo.