En Grandvalira no facilitaron la cifra total de empleados que trabajan en este momento y tampoco los que necesitan para funcionar a pleno rendimiento. La directora de marketing, Maite Núñez, manifestó únicamente que “disponemos de la gente que necesitamos y se han cumplido todo los compromisos adquiridos”, que son las personas que fueron precontratadas antes del inicio de la temporada.
Maite Núñez también coincidió en hacer un balance muy favorable de la afluencia que han tenido las pistas durante Navidad. La directora de marketing comentó que, pese a las limitaciones que tiene Grandvalira por el hecho de estar parcialmente abierto, “la gente está contenta de cómo ha podido esquiar, del servicio que hemos sido capaces de ofrecer y porque han tenido una estancia muy agradable”.
1.384 cañones de nieve a pleno rendimiento
Los grosores actuales que ofrecen las pistas del Principado, entre diez y veinte centímetros, se han podido conseguir y mantener gracias a la nieve artificial, ya que se ha invertido bastante dinero las últimas temporadas. En concreto, en Grandvalira hay 1.008 cañones para producir nieve artificial, 46 estrenados este invierno, que cubren el 40,6 por ciento de las pistas “y que funcionan siempre que las condiciones de temperatura y humedad lo permiten”, segundos destacó Maite Núñez, que precisó que, pese a que la innivación artificial ha funcionado a pleno rendimiento, “hay que decir que las condiciones particulares de esta temporada hacen que se haya podido hacer tanta nieve como el año pasado por las mismas fechas” y añadió que “no hay ningún problema para continuar haciendo nieve porque hay reservas de agua suficientes”.
En Vallnord, Pal-Arinsal dispone de 300 cañones y en Ordino-Arcalís, 76, que innivan 19 y 12 kilómetros de pistas respectivamente. Los aparatos son de última generación “y producen hasta 50 metros cúbicos por hora, frente a los diez metros de los más antiguos”, y aseguró que “este año se está demostrando que son esenciales para mantener las estaciones operativas”. Rafel Martí, indicó que, pese a la inversión, “no tienes nunca la garantía de poder hacer nieve porque necesitas temperaturas bajas y poca humedad” y recordó que también se ha hecho un esfuerzo “por acumular reservas de agua puesto que, en Pal, sin la balsa del Pla de la Tosa no habríamos podido abrir”.
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