Sin embargo, una vez que la estación abrió sus pistas fue la Guardia Civil de Tráfico la que sobre las doce del mediodía cerró la carretera de acceso a la altura del cruce con La Hoya, alegando que el aparcamiento estaba lleno de coches. Así, los vehículos que pretendían subir se fueron estacionando en los arcenes a la espera de que la Guardia Civil reabriera el tráfico y pudieran subir hasta las instalaciones de la estación, una vez que los coches abandonaban el aparcamiento.
Sin embargo, la mayoría de los conductores decidieron abandonar su intentona esquiadora explicando a
Tribuna que desconocían cuál iba a ser el tiempo de espera y que probablemente cuando pudieran subir, el horario de cierre de las pistas estaría próximo. Así, aunque fueron pocos los coches que esperaron en los arcenes, muchos esquiadores terminaron el puente sin ponerse los esquíes.