Rienda saldrá mañana junto a su entrenador Mauro Pini, y sus ayudantes Walter Ronconi -"skiman"- y Norma Tipali -la fisioterapeuta- hacia Lenzerheide, donde en marzo pasado logró, en las finales de la Copa del Mundo 2004-05, el segundo de los tres triunfos que cuenta en la citada competición (los otros dos los logró en la estación sueca de Are, en febrero; y en Aspen, en EEUU, el pasado sábado).
"Allí entrenaremos dos días, antes de salir en avión hacia Praga y de allí, por carretera hasta Splinderuv Mlyn", donde el próximo día 21 la andaluza tiene previsto disputar su tercer gigante de la temporada.
"No tengo ninguna referencia de esa pista. Estaba en el calendario el año pasado, pero al final lo cancelaron por falta de nieve y metieron en el calendario Santa Caterina (Italia). Ni he competido allí, ni me han comentado nada acerca de la pista. No sé si es técnica o no, pero hay muchos otros factores que influirán, como el estado de la nieve y la elección del material", indicó a Efe Rienda, que el miércoles participó en la grabación televisiva de una gala que rememorará el Mundial de esquí alpino que se disputó hace diez años en "su" estación, Sierra Nevada.
Rienda explicó a Efe que se ve "capacitada para mantener el nivel, tanto en el aspecto físico,como en el técnico y el psicológico. Es difícil llegar y será aún más difícil mantenerse. Por eso, queda muchísimo trabajo por hacer. Pero confío mucho en mí misma y en mi equipo, que son todos muy buenos, no sólo en el aspecto profesional, sino humano", apuntó.
"No me gusta decir que voy a intentar lograr esto o lo otro. Primero hay que obtener los objetivos y después, celebrar lo que sea. Esta claro que esta temporada es muy especial, porque está la Copa del Mundo y, además, los Juegos Olímpicos, pero hay que ir paso a paso. Hasta el momento sólo he disputado dos carreras y no hay que sobredimensionar lo que he logrado hasta ahora", opinó la granadina, que, no obstante, ha experimentado durante su descanso en casa que su persona demanda cada vez más atención de los medios de comunicación.
"Ha habido veces que he optado por desconectar el teléfono, porque no para de sonar. Me encantaría atender a todo el mundo, estoy muy agradecida al trato que me están dando, pero hay momentos en los que tienes que intentar descansar algo", explicó a Efe Rienda, que en los Juegos de Turín 2006, el próximo mes de febrero, partirá entre las favoritas al oro olímpico en la prueba que domina, el gigante.
"La victoria de Aspen me ha dado mucha alegría, pero sobre todo, ha confirmado que el trabajo que hemos hecho durante la pretemporada ha sido el correcto. El sexto puesto de Soelden (Austria) también hay que valorarlo, porque un sexto no está mal. Pero está claro que quería más y que sabía que dentro había más. Por eso salí un poco enfadada de Soelden. Sabía que podía mejorar ese resultado. Pero donde hay que hablar es en las pistas y, después, si la cosa va bien, ya se celebrará", dijo a Efe la andaluza,que ha notado estos días el cariño y afecto de sus allegados."Mis padres y mis amigos...todos están muy orgullosos. La pena es que no los puedo ver más a menudo. Pero, al menos sé que disfrutan conmigo cuando las cosas salen bien", manifestó a Efe la única española que, junto a Blanca Fernández-Ochoa, ha ganado carreras de la Copa del Mundo de esquí alpino, y que, un año más, no podrá pasar las Navidades en casa.
"Me quedaré en Innsbruck, cerca de Lienz (donde se disputará el siguiente gigante). Queda muy justo para bajar y subir a Granada, y no puedo ni quiero perder entrenamientos, así que se acercará Angel (Izquierdo, su marido). Una ya lleva muchos años en esto y sabe que hay que renunciar a muchas cosas para alcanzar sus objetivos", apuntó la genial esquiadora andaluza.
"Quedá mucho camino todavía por recorrer, pero soy optimista y tengo muchas ganas de seguir trabajando por las cosas a las que aspiro. Estoy contenta, porque sé que hay en juego posibilidades reales de hacer algo bien", declaró a Efe Rienda, que dedicó su victoria de Aspen a los reclusos y funcionarios de una prisión granadina.
"Los visité después de la carrera de Soelden y me pidieron que si ganaba de nuevo una carrera, les dedicara el triunfo. Y como lo prometido es deuda, así lo hice", concluyó Rienda.