"Los catalanes aman la montaña y valoran la buena gastronomía, es un turismo respetuoso y de calidad que sabrá disfrutar de todas las actividades que ofrecemos en el valle", explica el asesor de turismo de la región, Luciano Cavieri. Por este motivo los responsables turísticos han iniciado negociaciones con las principales compañías de bajo coste para acercar Aosta, la capital de la región, a Barcelona. "Se tarda menos en coger un avión de Barcelona hasta Turín y luego llegar en coche a Aosta que en ir de Barcelona a algún punto del pirineo catalán en coche; ¡en tres horas te plantas de Barcelona en los Alpes italianos!", exclama Cavieri.
Actualmente en el aeropuerto regional llamado Corrado Gex existen conexiones con Roma y Pescara con vuelos de un máximo de 70 plazas de la compañía Air Vallé. "El aeropuerto del valle es una base importante como centro de viajes y excursiones para vuelos en avionetas, helicópteros y vuelos sin motor, entre otros", prosigue. "El valle está rodeado de montañas muy altas por lo que es muy difícil que al aeropuerto lleguen grandes vuelos; pero tenemos previsto ampliarlo para poder captar más aviones pequeños", añade Cavieri.
Cavieri explica que todos los esfuerzos se centran en promocionar rutas áereas desde Barcelona a Milán, Turín o Ginebra, que son los aeropuertos grandes más cercanos a este rincón de los Alpes. Hasta allí ya vuelan compañías regulares y algunas de bajo coste como Vueling que opera Barcelona-Milán y Easy Jet que conecta con Ginebra. "Es importante que los catalanes sepan que si cogen un avión -de poco más de una hora- hasta Turín, por ejemplo, luego en tan solo 45 minutos de coche tendrán a su alcance más de mil kilómetros de pistas de esquí", señala el asesor de Turismo. Otra de las acciones que está ultimando el gobierno autónomo de la región es organizar un dispositivo de lanzaderas que comuniquen los aeropuertos de Milán y Turín con el valle.
El Mont Blanc (la montaña más alta de Europa con 4.807 metros de altura), el Monte Rosa, el Cervino y los macizos del parque nacional del Grand Paradiso, que son objetivos deseados por los alpinistas, ofrecen a los amantes del esquí amplios dominios como Breuil-Cervina/Valtournenche; el Monterosa ski, que incluye tres valles conectados por teleféricos; Pila; La Thuile, que con más de 155 kilómetros de pistas conecta con la estación francesa de La Rosière con la que forma el dominio internacional de forfait único Espace San Bernardo y Courmayer.
Otras estaciones como Camporcher, Valgrisenche, el área del Grand Paradiso, Col de Joux, Saint Barthélemy, Grand Saint Bernard, Chamois y Torgnon ofrecen actividades para toda la familia y para los amantes de disciplinas como esquí de fondo, de montaña, de fuera pistas, escalada en hielo e incluso heliesquí.
Monica Berger, del consorcio de turismo de La Thuile, que tiene una de las estaciones más grandes de los Alpes, sostiene que "los turistas que visitan Aosta no vienen en busca de marcha y juerga, buscan el contacto con la naturaleza tanto en invierno como en verano y es un turismo muy tranquilo".
Durante el 2004, el valle de Aosta, que es el segundo destino turístico de montaña más importante de Italia, recibió 825.000 turistas y registró 3,2 millones de pernoctaciones. De esa cifra, 7.000 turistas procedían de España -"un número ridículo que esperamos que crezca", dice Cavieri- mayoritariamente de Catalunya dada la proximidad por carretera.
Entre hoteles, campings, albergues y otros establecimientos el valle de Aosta, de 122.000 habitantes, tiene una capacidad de casi 50.000 camas.Apesar de ser un importante destino de esquí de montaña, el 40% de los turistas que visitan la región en invierno no lo hace para esquiar ya que abundan monumentos y bienes histórico-artísticos de gran valor. "Vienen atraídos por los restos romanos de Aosta, la cantitad de castillos medievales que tenemos y sobre todo por el contacto con la naturaleza".
El valle de Aosta ofrece gran variedad de itinerarios con guías especializados, trekking en alta montaña con paradas en refugios alpinos, barranquismo, rafting, rutas a caballo, senderismo, bicicleta de montaña, pesca, vuelo sin motor y en globo, parapente y también campos de golf. "Existen itinerarios para hacer paseos a caballo, caminando o en bici de unos 1.000 kilómetros que en algunos puntos llegan a cotas de 3.500 metros; el turismo que viene es muy familiar", explica Carlo Dellarole, guía del parque nacional del Grand Paradiso, donde pueden verse marmotas, ciervos y rebecos, entre otros animales.
Fuente: