Tras la revolución islámica en 1979 en que se instauró una república basada en el islam, el esquí fué considerado como un deporte no permitido por los preceptos del Islam y las estaciones fueron cerradas por un período de cinco años. Pasado ese lustro en que nadie debió poder probar que el islam dijese algo al respecto, las estaciones fueron abriendo de nuevo progresivamente.
Pero con las nuevas reglas impuestas por los nuevos poderes, los hombres y las mujeres tenían que esquiar separados, por lo que se hicieron pistas para esquiadores por un lado y para esquiadoras por otro. Lo mismo pasaba con las colas para comprar tickets.
Según comentaba hace unas semanas un reportero de la BBC, parece ser que la cosa poco a poco se va suavizando, y ya se pueden ver esquiadores con los últimos modelos de material del mercado esquiando junto a las esquiadoras en las mismas pistas. Eso sí, en las colas de los remontes no se pueden mirar a las mujeres y las colas para sacar el forfait siguen siendo separadas.
¿Pero porque las faldas nevadas de Irán están atrayendo a los esquiadores más exigentes? Irán tiene una cantidad numerosa de picos que superan los 4.000 metros y uno de ellos, el Damavand llega a los 5.671 metros de altura. Para alcanzarlo se necesitan más de tres días... andando!. Pero la recompensa son mas de tres mil metros de vertical llena de la mejor nieve polvo.
Pero hay otras elevaciones más fáciles para los esquiadores y snowboarders. Al norte de Teheran por ejemplo, existe una cabina que te deja en un punto que te permite bajarte 2km de vertical en nieve polvo. ¿El precio? no más de 4,5 euros el forfait!
En todo hay un pero, y este es el papeleo para poder entrar al país y esquiarse esas laderas. El visado y el papeleo se puede alargar durante meses!. Pero Irán ya está viendo las ventajas del negocio del turismo y no sería de extrañar que en breve diese permiso para abrir la primera empresa de heli-ski en el país que permita subir a los esquiadores con mayor facilidad.