El macizo de Beaufortain -cuenta con cumbres que rozan los 3.000 metros, entre ellas, la de Pierra Menta-, fue una vez más el escenario elegido por la organización para que los sufridos esquiadores representaran su papel de imparables escaladores. Una veintena de deportistas españoles tomaron parte en esta carrera de resistencia, que congregó a 179 parejas de atletas, procedentes de varias decenas de países.
Emma Roca, que, junto a la también catalana Jeannie Wall, alcanzó el cuarto puesto en categoría femenina, relata los pormenores de una prueba que, si bien no otorga premios importantes, «su prestigio es equiparable al tour de Francia» en el mundo del ciclismo. «Pierra Menta es el sueño de todo esquiador de fondo. Si consigues terminarla, podrás enfrentarte en el futuro a cualquier cosa; es como hacer un máster en este deporte», asegura la deportista de Puigcerda.
La inscripción en la prueba es limitada y sólo 360 elegidos tienen el «privilegio» de poder participar. Este año, cientos de esquiadores se quedaron a las puertas, alistados en un interminable turno de espera. Pero, ¿cuál es el embrujo de esta carrera? Para la mujer que ha rozado el podio en su última edición la respuesta es clara: «El componente de aventura. No existe ningún otro trofeo en el mundo que concatene cinco días seguidos de alta competición», apunta.
Sin cuartel
«Los recorridos son tan variados y acaricias tantos tipos de nieve diferente que eso es lo que hace que Pierra Menta sea terriblemente atractiva», apostilla. Por si esto fuera poco, los paisajes que contemplan los esquiadores son también «increíbles. Atraviesas bosques, vadeas ríos, caminas por cresteríos impresionantes... Es todo muy bonito», apunta Roca.La prueba comienza con una cronometrada que marca las primeras diferencias. El del primer día es un recorrido corto, el único parecido al tipo de trazados a los que habitualmente se enfrentan los esquiadores de fondo. Pero, ya desde el segundo día, no hay cuartel. Pendientes que obligan a quitarse los esquíes y cargarlos a la espalda, así como bajadas con desniveles de más de 1.000 metros ponen a prueba la resistencia y la pericia de los participantes.
Al tercer día de Pierra Menta, Roca y su compañera Wall ocupaban el tercer puesto, pero no pudieron mantener este excelente resultado hasta el final. «La gente va a muerte y los primeros clasificados suelen ser franceses que conocen muy bien el terreno», apunta la gerundense. No obstante, las catalanas dieron guerra hasta cruzar la meta.
De madrugada
A juicio de Roca, lo más duro es «que te tienes que levantar muy pronto cada mañana para afrontar una nueva paliza de kilometraje y desnivel a superar». En efecto, en los hoteles del macizo de Beaufortain, los despertadores sonaban casi siempre antes de las seis de la mañana. Y es que todas las salidas se dieron a las siete en punto. Estos madrugones obligaron a los atletas a echarse a dormir muy pronto.
«La mayoría de la gente ya estaba en la cama a las ocho de la tarde», corrobora la catalana. En este sentido, la actitud de los participantes se asemeja en gran medida al comportamiento de los ciclistas en el tour de Francia que, en cuanto cruzan la línea de meta, se dirigen a toda velocidad a su hotel con el propósito de reponer las fuerzas suficientes que les permitan afrontar con garantías el desafío del día siguiente.En su primera edición, hace tres años, Roca alcanzó el quinto puesto en la general. Este año se ha quedado con la miel en los labios al haber rozado el podio final. Como tantos otros, la esquiadora de Girona sueña con subir al cajón en próximas ediciones. «Si me encuentro bien de forma, volveré para ganar», asegura.
No apto para principiantes
Si algo tiene claro Emma Roca de Pierra Menta es que esta carrera no es apta para principiantes. «Hay que tener una técnica muy depurada para poder terminar. Las bajadas son durísimas y las subidas se deben de hacer con mucha paciencia y maestría», apunta. En este sentido, la esquiadora catalana destaca que aprender a deslizarse por la nieve es «clave», sino quieres terminar «desfondada al de media hora de subida. No puedes levantar tanto los pies como hacemos en otras pruebas, porque acabarías derrotado tras subir sólo 500 metros de desnivel», detalla. Roca pone el acento en la necesidad de conseguir un acoplamiento óptimo con la pareja.
«Esto es una carrera por dúos y debes saber en todo momento cómo se encuentra tu compañero», añade. Hay diferentes tácticas. «El más fuerte puede ser el que tire y abra camino, aunque también se puede hacer al revés para que el más débil marque el ritmo que le resulte más cómodo». En cualquier caso, a juicio de Roca, el secreto está en «ir los dos muy juntos para afrontar unidos todos los obstáculos».
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