Con apenas siete kilómetros esquiables, la estación lenense, en el puerto de Pajares, reunió ayer a 6.100 personas en sus instalaciones. El complejo invernal logró espesores de nieve dura entre los 15 y los 30 centímetros y abrió al público cuatro telesillas de las zonas media y alta. Concretamente, funcionaron Brañilín, Cueto Negro, Olla de Cueto Negro y Valle del Sol.
Por su parte, la estación leonesa, en el puerto San Isidro, atrajo a casi 6.000 usuarios, de los que unos 3.300 practicaron el esquí. El complejo ofertó espesores entre los 10 y los 20 centímetros de nieve en polvo dura y hasta 7,6 kilómetros esquiables.
CAÑONES
Tanto el complejo invernal de León como el de Asturias funcionaron ayer sin sistemas de nieve artificial, puesto que las temperaturas que se alcanzaron no permitieron el uso de los cañones. No obstante, los responsables de una y otra estación confían en tener unas condiciones climatológicas favorables de cara a las próximas vacaciones de Navidad.
Por el momento, la situación se presenta más optimista que la que se daba hace ahora un año, cuando Pajares y San Isidro se vieron obligadas cerrar de forma intermitente por la falta de nieve primero y por el viento y las lluvias después. Este año, el único percance que se ha registrado fue un ligero retraso respecto al inicio oficial de la temporada, previsto para el pasado 27 de noviembre. Sin embargo, las dos estaciones pudieron ofertar ya sus servicios el 4 de diciembre, coincidiendo con el puente de la Constitución y de la Inmaculada Concepción. En el caso de San Isidro, el propio presidente de la Diputación de León confirmo que se atrajeron más usuarios que la granadina Sierra Nevada.
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