Sisco, mecánico de Mollerussa, fraguó el invento “por amor” en su taller con material reciclado y de forma totalmente artesanal y regaló el artilugio a su novia el pasado mes de enero (para Reyes).
Esther, que vive y trabaja en Creixell (Tarragona), no dudó en probarla enseguida en Boí-Taüll junto a Sisco y el éxito fue inmediato.
El invento se deslizaba por las pistas con la misma facilidad que los esquís y “la sensación es prácticamente la misma”, según afirma Esther.
El aparato consta de un manillar, un sillín, unos esquís para la bici y unos para el tripulante, y aunque no tiene pedales sí tiene un sistema de frenos.
Según asegura Sisco, “está pensada para todos los niveles y todas las edades y se aprende fácilmente a bajar, en diez minutos, aunque no se sepa esquiar”. Esther explica que aunque de entrada parece engorroso llevar la bici en el telearrastre y el telesilla, no tiene complicaciones cuando aprendes cómo colocarla y añade que “es muy divertido bajar, alcanzas la misma velocidad que bajando con esquís y puedes pasar por los mismos sitios que pasas con esquís”.
El aprobado del primer examen práctico del invento en Boí-Taüll les animó y les puso manos a la obra. Hace quince días patentaron el invento y crearon la marca y el logo, (tsmbikes) y el invento ya tiene su propia web (www.tsmbikes.com) para todos aquellos interesados en conocer más detalles del aparato.
Sisco y Esther tienen previsto comercializar la bici a partir del próximo mes de mayo por internet y todos los modelos los fabricarán en el taller que Sisco regenta en Mollerussa.
Una vez empiecen a comercializar el artilugio y si tiene demanda en el mercado del esquí, que Sisco reconoce que es “de temporada y depende de la moda”, fabricarán las bicis artesanalmente pero con material nuevo, con diferentes medidas en función de los usuarios y compradores y con forma plegable para poder transportarlas mejor.
El siguiente paso a la comercialización del modelo será abrir la puerta a otros artilugios y posibilidades dentro del mismo terreno. Sisco quiere aprovechar su trabajo de mecánico para experimentar nuevos modelos si el primero tiene éxito y le permite afrontar económicamente nuevos retos. El hecho de contar con un taller y material para trabajar es para este mecánico una garantía de posibilidades de futuro.
Sisco y Esther ya piensan en crear juntos nuevos modelos como puede ser el de una combinación de una bici mountain-bike con esquís en forma de kit, algo que en la actualidad se estila mucho para otras cosas.
No son los primeros que inventan una bici para esquiar, en casi todas las estaciones las empresas y escuelas de esquí ponen a disposición de sus clientes este artilugio. Lo que sí es novedoso es el modelo que Sisco ha creado para Esther y que puede adaptarse a personas con problemas de movilidad. Supone una aportación más al variopinto mundo del esquí que en pleno auge se ha convertido en campo de experimentación para inventores.
La cuestión es esquiar, sea como sea.
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