La estación de Valgrande Pajares decidió ayer cerrar sus puertas ante la práctica ausencia de nieve en sus pistas, y San Isidro sólo mantiene abiertas dos zonas, las más agradecidas de la estación, Requejines y Cebolledo.
Los pisteros que controlan diariamente las pistas de la estación de Valgrande dieron ayer sus informes más negativos. La temperatura exterior era de 6º C, una cifra altísima teniendo en cuenta la zona montañosa y la época del año de la que estamos hablando. Así que se decidió permitir el acceso, y únicamente para uso turístico, al telesilla del Cuetu Negro.
El pasado reciente y el futuro más próximo no son demasiado halagüeños en Pajares. La estación ha sobrevivido los últimos quince días gracias a los cañones de nieve artificial, pero, claro, éstos necesitan de unas condiciones atmosféricas mínimas para funcionar. De nada sirve crear nieve si la temperatura externa no la va a poder mantener ni un mínimo tiempo.
En cualquier caso, esta temporada está demostrando el acierto de los responsables de la pista y del Principado en la colocación de los cañones de nieve artificial, ya que sin ellos hubiera sido imposible esquiar.
En cuanto a las previsiones, los encargados de la estación no son demasiado optimistas para los próximos cinco o seis días. Se espera un enfriamiento, aunque no precipitaciones, con lo que la nieve previsiblemente tardará en aparecer.
San Isidro, por su parte, consiguió mantener abiertas las pistas y los telesillas de Cebolledo y Requejines, las más propicias cuando la nieve escasea. En ellas hay una extensión esquiable cercana a los ocho kilómetros, concretamente 7,885.
Respecto a las características de la nieve que se puede encontrar en la estación de San Isidro, su espesor se encuentra entre los 10 y los 50 centímetros y su calidad es primavera. Tampoco está ayudando el clima, ya que el termómetro marcaba ayer en la zona 4º C, con sol e intervalos nubosos. Para colmo, estaban soplando vientos flojos del Este.
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