No es tan simple como soplar y hacer botellas, pero parte de eso hay; al menos lo del soplido. Veintidós máquinas de distinto tamaño están esparcidas por los sectores I, II y III del centro, y esperan las condiciones mínimas del clima para fabricar nieve artificial de óptima calidad.
Lo que a simple vista parece una tarea sencilla, requiere el trabajo de 7 personas que trabajan en turnos de 12 horas, buscando el momento oportuno para poner a trabajar sus máquinas e imitar lo que natura non da.
Nieve instantánea
Alejandro Hernández es uno de los encargados de la fabricación de nieve y fue quien explicó a Los Andes cómo y cuándo se pueden crear copos de forma instantánea. “Lo principal es tener condiciones mínimas en el clima. Esto es, al menos 2 grados y 15% de humedad”, comentó.
Tanto la humedad como la temperatura afectan el proceso de fabricación. El viento, aunque en menor medida, también debe ser medido para que no afecte los cañones de nieve, o disperse la misma, lejos del lugar donde se pretendía acumular.
“Con 1 grado bajo cero y con un porcentaje de humedad bajo, estamos en condiciones de fabricar. A 16 o 17 bajo cero, se trabaja en condiciones óptimas para hacer nieve de excelente calidad”, señaló Hernández.
Existen distintos tipos de cañones de nieve. Los Kid (chico), que se utilizan para crear nieve en un radio de 20 metros. Esto posibilita trabajar con estos equipos en zonas de edificios o cerca de los medios de elevación, evitando cualquier tipo de inconvenientes.
El Valle cuenta con 6 cañones de este tipo que, como el resto, pueden ser trasladados hacia distintos sectores. El escuadrón más numeroso es el de los denominados medianos. Diez de estas máquinas (las más antiguas en stock) bombardean las pistas, lanzando nieve hasta 50 metros. Los más grandes de la familia (también 6 aparatos) son los Super Wizzard, que pueden fabricar cientos de metros cúbicos de nieve y arrojarlos a más de 80 metros de distancia.
Aire, agua y frío
Los cañones son bastante sencillos. Una turbina empuja el aire a través del cañón, y a medida que este lo recorre, va pasando por distintas coronas (4 en total) que tienen 75 picos cada una, por donde se inyectan diminutas gotas de agua que al enfriarse en contacto con la atmósfera (y de ahí la importancia de las condiciones del clima) se convierte en nieve. La cantidad de nieve que se quiere producir, se regula haciendo trabajar una o más coronas. Para producir nieve polvo, se trabaja con una sola corona (la directa).
El centro cuenta con una planta de almacenaje de agua y un sistema de cañerías con hidrantes para conectar los máquinas de nieve. La red tiene una válvula de seguridad cerca de la base, para poder aislar el sector más alto de las pistas, en caso de necesitarlo, y trabajar con otro sistema de bombeo que permite trabajar en los sectores más bajos.
La nieve que se produce, se somete en forma permanente a un control de calidad.
Las variaciones climatológicas que pueden producirse en menos de 100 metros obligan a que el control de calidad se haga cada 45 minutos.
En general, no se trabaja en los sectores donde se está esquiando. La mayoría de las veces se hace de noche (cuando la temperatura es más baja) o en las primeras horas de la mañana.
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