Con la constitución de Aramón, la administración aragonesa e Ibercaja pretenden que las 5 estaciones de esquí integradas en el proyecto den un salto definitivo que las haga competitivas con la gran oferta que hoy presentan Catalunya, Andorra, el Pirineo francés o Sierra Nevada. Para ello han elaborado un plan estratégico que contempla la inversión de 189,6 millones € (31.547 millones de pesetas) en los próximos seis años. Esos recursos irán destinados a la ampliación de dominios esquiables, mejora de servicios, nuevos sistemas de nieve artificial y mejora de accesos.
Huesca y Teruel
Aramón integra a tres estaciones del Pirineo de Huesca (Cerler, Formigal y Panticosa) y dos del sistema Ibérico (Javalambre y Valdelinares), en la provincia de Teruel.
Entre las cinco constituyen el 20% de la superficie esquiable en el mercado español. Las estaciones pirenaicas, especialmente Formigal y Cerler, que serán ampliadas próximamente, tienen una dimensión muy superior a las turolenses, pero el Gobierno aragonés e Ibercaja consideran un éxito que en una provincia deprimida como es la bajoaragonesa cuaje un sector como el de la nieve, que atiende al potente mercado valenciano.
154 kilómetros de pistas
En su conjunto, las cinco estaciones disponen de 69 remontes (Formigal, con 23, y Cerler, con 18, son las más grandes) y 154 km. de pistas, 42 de ellos innivados con 585 cañones.
Pero para que Aramón reúna a todas las estaciones de la región faltan Candanchú (pionera del esquí en España) y Astún. Al ser de propiedad privada, las dos estaciones han optado por no sumarse al carro de Aramón, pese a que éste ofrece la solvencia económica de Ibercaja y el impulso político del Gobierno aragonés.
Tanto Marcelino Iglesias como Manuel Pizarro manifestaron la pasada semana en Cerler, durante la presentación de Aramón a la prensa, que el hólding mantiene la puerta abierta a ambas estaciones.
El principal objetivo del Gobierno aragonés con la constitución de Aramón no es obtener beneficios económicos, sino desarrollar un sector económico que pueda fijar población en una de las zonas de menor densidad de Europa. Para Ibercaja, se trata de mantener viva la actividad económica en unas zonas particularmente frágiles.
Imagen de Cerler, la estación objeto de ampliaciones en los próximos años
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