cobrar vida propia en los momentos más inoportunos del trayecto.
La mayoría de los aficionados a los deportes blancos que ayer intentaron, a pesar del temporal, acceder a las estaciones cantábricas tuvieron que dar la vuelta. Aun así, la afluencia de esquiadores rondó los 3.500 aficionados. En Pajares y en San Isidro, la Guardia Civil tomó posiciones a primeras horas de la mañana para prohibir la subida de todos aquellos vehículos que no fuesen provistos de cadenas. A media mañana importaba poco el equipamiento. Hasta los coches «herrados» patinaban, y la situación se volvió por momentos peligrosa. Al mediodía ya no había opción a la intentona de ascenso porque los accesos permanecían cerrados por los atascos. A primeras horas de la tarde, se reanudó la circulación y los esquiadores pudieron llegar a Pajares y San Isidro.
Situaciones espectaculares
Las diferentes patrullas de la Guardia Civil que llegaban a Pajares se encontraban con situaciones espectaculares. Tuvieron que desalojar autobuses atascados, poner cadenas a coches particulares ante la inexperiencia de sus conductores y repetir discurso en cada ventanilla. «Con esta nevada debe poner las cadenas o no podrá pasar», indicaba un agente a cada coche que detenía en Brañillín (Pajares).
Entre los coches y autobuses turísticos, decenas de motoristas. La concentración motera «Pingüino» en Valladolid convocó este año a un gran número de aficionados asturianos. La mayoría eligió la carretera de Pajares para entrar en la Meseta. Las motos comenzaron a seleccionar su propio camino entre la nieve con cabriolas que en varias ocasiones tumbaron a los conductores. El problema estaba en el firme que da acceso a los dos centros turísticos más importantes de la comarca.
El temporal no frenó ayer a los aficionados a los deportes blancos. Los esquiadores acudieron en masa a las dos estaciones invernales cantábricas. San Isidro, en León, presentó una afluencia de aficionados en torno a las 2.500 personas. La estación permaneció abierta todo el día con 15 kilómetros de pistas esquiables. Se mantuvieron en uso las zonas de Cebolledo, Requejines y Riopino, con una pista verde, cinco azules y seis rojas abiertas. El espesor de las áreas esquiables se mantuvo entre veinte y ochenta centímetros de nieve en polvo.
La carretera de acceso a San Isidro desde León permaneció despejada durante todo el día gracias al trabajo de las quitanieves. La situación de la vertiente asturiana, sin embargo, obligó al uso de cadenas a lo largo de toda la jornada.
Valgrande-Pajares registró un aforo de unos 1.000 aficionados a lo largo del día.
La estación asturiana contó con doce kilómetros de pistas esquiables y un espesor de medio metro de nieve en polvo. Los esquiadores pudieron acceder a toda la zona media y alta del centro invernal gracias a los cuatro telesillas y dos telesquís que permanecieron en uso.
Los seis grados bajo cero de temperatura media que registró la estación no desalentaron a los aficionados. La carretera de Pajares permaneció cerrada al uso de vehículos sin cadenas durante toda la jornada.
Todas las medidas de espesor y calidad de nieve tomadas en San Isidro y Pajares fueron registradas a primeras horas de la mañana de ayer, por lo que el aumento de las mismas ha sido considerable. La nieve no dejó de caer en todo el día. Los encargados de las estaciones cantábricas aseguraron un aumento en el espesor de las pistas para hoy.
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