La estación invernal de Valgrande-Pajares inauguró ayer la temporada pese a las condiciones meteorológicas adversas. El complejo deportivo asturiano sólo pudo abrir el telesquí de La Hoya, con unos 600 metros esquiables y un espesor de unos quince centímetros. La parte alta permaneció cerrada por la escasa visibilidad, a la espera de que hoy mejoren las condiciones meteorológicas.
Las instalaciones leonesas de San Isidro, por otra parte, disfrutaron ayer de la segunda jornada de esquí, con 5.000 deportistas y más nieve que en su primera jornada. La estación limítrofe con Aller ofertó cinco kilómetros de pistas en Cebolledo y Requejines, aunque la zona de Riopinos continúa aún cerrada.
En el Brañillín esperaban poder abrir hoy alguna de las pistas de la parte alta del complejo, que tenían nieve pero no pudieron ser utilizadas por la escasa visibilidad. La dirección de la estación asturiana tenía previsto incluso abrir ayer el remonte de La Hoya en horario nocturno, entre las siete de la tarde y las diez de la noche. La zona cuenta con iluminación.
Las condiciones meteorológicas adversas están jugando en contra de estas dos estaciones deportivas durante el puente de la Constitución. Estas fechas fueron el pasado año unas de las más fructíferas de toda la temporada invernal.
Esquiadores en Valgrande-Pajares
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