Hacía varios días que anunciaban nevadas, abundantes nevadas, pero lo leíamos y escuchábamos con algo de incredulidad, a la vez que con mucha ilusión.
Llega el fin de semana del 27 de Octubre, y éstas aparecen en toda la Península, en algunos sitios más que en otros, pero en general, en todas las cordilleras.
Hay gente que el mismo domingo se estrena, pero dicen que entre martes y miércoles va a llegar una GRAN NEVADA, y parece que entra por el sur, así que mi estación habitual, Port del Comte, va a ser una de las grandes beneficiadas.
El fin de semana habían caído unos 25cm, no estaba nada mal para hacer base, pero decían que podía caer hasta medio metro, sí, 50cm más de lo que había!
Los nervios se disparan hasta límites insospechables, la gran travesía parece que se termina de golpe, otoño casi no ha durado nada y entra invierno por la puerta grande.
Le propongo a MSP que si se quiere estrenar con el esquí de montaña, y me dice: ¿porqué no?, parece que va a nevar mucho... Mi respuesta fue, no va a nevar mucho, va a caer algo muy grande del cielo!!!
Así que con la ilusión de su estreno, quiero compartir también el momento con los amigos. Estos momentos son increíbles, pero si los compartes con quien quieres, se transforman en inolvidables.
Cojo el teléfono y le mando un whatsapp a Jordi de SkiPowderLovers, Jordi, tengo una proposición indecente!!! Su respuesta fue clara y concisa: ¿Vamos a esquiar? Sabía perfectamente lo que le iba a proponer, entre enfermos nos entendemos, jajaja.
A su vez, Jordi se ponía en contacto con el resto de amigos de SkiPowderLovers, Jota se apuntaba (no se pierde ni una, y eso que no le gusta andar) y Fernando tenía compromisos y no podía.
Mis mensajes a los otros compañeros de aventuras tampoco fructificaron, ésta temprana nevada les había pillado desprevenidos y no se podían escapar, tranquilos, seguro que habrá más, muchas más.
Ahora tocaba otra pregunta, a Txell le dejo mis esquís anchos para foquear y yo usaré unas raquetas para subir, pero... ¿para bajar? Tengo unos esquís de freeride muy viejos, de los que no usaban rocker, y unos flamantes Blueberry que estoy loco por estrenar. Cómo me da reparo engancharlos con alguna piedra el día del ansiado estreno, decido llevarme los dos y una vez en el lugar decidir.
Martes por la tarde, empiezan a caer copos, la nevada se va intensificando y en la misma medida mis nervios también, me voy a dormir viendo nevar por las webcams y me levanto el miércoles viendo nevar también. Madre mía, no ha parado!!!
Durante ese día la nevada no paró, estaba en el ordenador del trabajo con los ojos puestos en el radar y en las webcams, pues bien, hasta la noche no dejó de nevar!!!
¿Os imagináis mi noche de miércoles a jueves? Efectivamente, no conseguí pegar ojo más que 3 o 4 horitas, pero al sonar el despertador no había sueño, la emoción de estrenar temporada era máxima, la adrenalina corría por mis venas cual formula 1 por Montmeló.
Tal como vamos subiendo, los ojos no dan crédito a lo que vemos, es 1 de Noviembre y parece una gran nevada de febrero.
Como veis, el día pintaba realmente mal, poca nieve y mal tiempo, el típico bluebird day que dicen los americanos.
Fuimos avanzando en coche hasta que la carretera estaba totalmente impracticable, hasta dónde habían llegado las máquinas quitanieves.
Teníamos más o menos 1km hasta la base del párquing del Sucre, empezaremos a foquear antes de lo previsto, no hay dolor!!
Lo que sí había era un infortunio, a Jota se le rompieron las raquetas así que teníamos varias opciones, que él abortara el día (totalmente improbable), que todos le acompañáramos y por ende abortar también (totalmente improbable) y la última era armarse de valor e ir andando sin raquetas, sólo con las botas de snowboard, detrás de Jordi, Txell y un servidor, que almenos le compactábamos un poco la nieve para poder andar mejor.
Efectivamente la última opción fue la que prosperó, madre mía qué valor y coraje le puso, incluso con la nieve un poco compactada a nuestro paso, costaba bastante avanzar, pero la recompensa era inmejorable, así que palante.
No sé que tiene el blanco elemento que a todos nos gusta, los perros pasándolo en grande.
Jordi y Jota esperando que alguien le diera al botón de "on" para que les subieran, pero no los vieron así que a patita para arriba.
A medida que avanzábamos, el paisaje era sobrecogedor.
Dicen que la cara es el espejo de alma, y eso demuestra felicidad absoluta.
Realmente, lo que veían nuestros ojos subiendo era maravilloso. No sé si el paraíso existe, pero para mi esto lo es.
Tuvimos que variar un poco la ruta inicial ya que la dificultad de avance de Jota era importante, así que acortamos un poco. Esta decisión al final fue un acierto ya que el cambio de planes nos llevó a lo alto de la pista Orri, un pistón. Una pista FIS con más de 50cm de nieve bajo nuestros pies y sin posibilidad de tocar piedra.
Poco más de 2 horas de subida que nos darían quizás la alegría de la temporada. Madre mía, ¡qué decir de la bajada! la montaña para nosotros 4, sólo para nosotros, si no fuera por el cansancio, parecía que nos hubieran transportado en helicóptero allí arriba.
Esa bajada supo a éxtasis absoluto, nuestras caras y gritos bajando no tenían desperdicio, estábamos flotando a 1 de Noviembre, creo que ni en los mejores sueños lo habíamos imaginado.
Cada varios cientos de metros de descenso, íbamos parando para alargar el momento e inmortalizarlo con vídeos y fotos, no queríamos que terminara nunca esa bajada.
Al final terminó, y lo hizo cuándo al llegar al párquing del Sucre, vimos que habían pasado la máquina quitanieves y teníamos que volver 1km andando por asfalto. Bueno, era una pequeña penitencia para pagar lo que habíamos disfrutado de toda la mañana.
Ahora toca volver a la realidad pensando que ya hemos empezado la temporada, una temporada que se presenta muy buena, una temporada en la que espero que todos podamos disfrutar, esquiar, divertirnos y pasar ratos inolvidables con nuestra gente o incluso solos en el monte.
Os dejo un pequeño vídeo para mostrar la maravilla de la que pudimos gozar.