Eran días de muchos nervios, miradas a las previsiones meteorológicas, los grupos de whatsapp sacaban humo y hacíamos todo lo posible para poder coger fiesta del trabajo para los días clave.
Era el momento más esperado de la temporada, se acercaba el día de San Paquetón, parecía que Gloria llegaba puntual a su cita y nos traía una "llevantada" de las que hacen historia.
Primero decían que el fin de semana del 18-19 nevaría, luego se trasladó a principios de semana, y finalmente el martes día 28 de Enero llegaba la Gran Nevada.
Con Txell nos pudimos organizar y decidimos que el miércoles, aunque las previsiones eran de mucha nevada, sería el día que no nos podíamos perder. Hacía un par de días que Lucas, uno de los socios de la escuela de esquí la Bòfia, nos había dicho que para ese día tenía fiesta y que se apuntaría con nosotros.
Lo bueno fue cuándo el martes por la tarde, un ilustre forero de esta casa, farandi, me mandó un whats y me comentó que había plantando su caravana en Espot y que su intención era esquiar allí el miércoles, al momento le dije que trasladara su casita a Port del Comte que parecía que para el día siguiente nos íbamos a cubrir de Gloria y, ni corto ni perezoso, recogió los bártulos y se fue a pasar la noche al parquing de la estación para encontrarnos la siguiente mañana.
La tarde-noche de martes a miércoles fue un sin vivir, un poco más y Txell me saca las maletas de casa, jajajaja, todas las horas mirando el radar meteorológico y las temperaturas para ver la cota de nieve, aguantarme tenía narices, hasta que por la noche llegó puntual a su cita, empezaba a nevar como si no hubiera un mañana, la cosa prometía a escándalo.
Miércoles por la mañana y nos despertamos incluso antes de que sonara el despertador, apenas pude dormir, preparamos bocatas y para arriba. Mientras estábamos de camino, Fernando (farandi) me manda una foto de su casa ambulante en ese preciso instante.

Si ya estábamos nerviosos, al ver eso nos pusimos atacados, y mientras llegábamos a la estación, esta era la estampa que veíamos...

Suerte que vamos equipados con buenas ruedas para la nieve, que salir a poner cadenas no hace ninguna gracia.
Al llegar al parquing vemos literalmente coches enterrados en nieve, menuda nevada ha hecho durante la noche!

Allí nos esperaba Fernando igual de nervioso que nosotros, nos pusimos las botas y para la zona de la terraza del hotel y oficinas.
Allí estaban buena parte de los trabajadores de la estación paleando como jabatos para poder entrar a los edificios, y mientras ellos paleaban nos dieron la mala noticia que no había luz. Durante la tormenta se habían caído 3 torres de la zona dejando sin luz a unos 2000 abonados, así que parecía que lo que prometía un día para recordar se fue al traste.
Os pongo varias fotos de cuál era la estampa.




De todos modos la alegría era general, esa nevada había dejado a la estación con 70 centímetros de nieve nueva en la base y más de un metro de cotas medias para arriba, y viendo tal manto no pude resistirme en hacer algo que hacía tiempo que me rondaba por la cabeza...

Y para verlo realmente os pongo el vídeo completo, jajaja
Siempre me ha apasionado el carácter de los trabajadores del Port, seguramente en las otras estaciones son iguales pero yo no les conozco. Con el faenón que tenían paleando para desenterrar todo, incluso estaban de buen humor para jugar mientras yo hacía el tonto.
Después del piscinazo y que me cubrieran a palazos de nieve, tocaba esperar a ver si la energía eléctrica volvía, y no había mejor lugar que delante del fuego en la cafetería.

Mientras estábamos allí esperando y viendo que la cosa no pintaba nada bien, aparece Txema y me dice que Marc, uno de los magos pisa-pistas de la estación, nos está esperando fuera con la ratrac para llevarnos arriba de la estación y al menos poder disfrutar de una bajada sumergidos en el paquetón.
Si si, lo que leéis
¡¡¡HARÍAMOS CAT-SKI EN PORT DEL COMTE!!!
Eso no me lo hubiera imaginado en la vida, no lo podía creer!!
Así que rápidamente nos volvíamos a poner las botas, cogíamos los esquís y Txell, Fernando, Lucas y yo nos montábamos en la ratrac.


Esa sensación no la vamos a olvidar en la vida, era como estar en las rocosas canadienses, un monte abarrotado de nieve, árboles enterrados y nosotros subiendo en la ratrac hasta lo alto del Querol.




Mientras íbamos subiendo el paisaje era estremecedor, el ruido de la máquina, nosotros y la naturaleza cargada de nieve.

Nuestras caras lo decían todo, todavía no nos lo creíamos, y al cabo de algunos minutos ya estábamos arriba.

Habíamos llegado al valhalla, estábamos en el cielo de las nieves.

A partir de ahí tocaba disfrutar un rato de tocar el cielo y pensar por dónde bajaríamos ya que sólo podríamos disfrutar de un descenso.
La decisión fue bastante fácil y, aunque desde allí arriba hay varios descensos espectaculares, sólo había uno en el que podíamos gozar durante bastantes metros seguidos, unos 400 de desnivel, así que para la Sant Grau.
Para quiénes no la conozcáis es un descenso que empieza en medio del bosque para luego abrirse en una amplia pala, así que allí que íbamos.




Cada giro que dábamos se oían gritos de poooooowdeeeeer!!! yyyyyhaaaaaa!!! Vaaaaamoooooooos!!!
Creo que incluso desde el hotel nos escuchaban jajajaja




Teníamos que aprovechar cada giro como si fuera el último.


Pero el descenso ya no daba para más, no sé el rato que estuvimos ya que íbamos parando para hacerlo alargar lo máximo posible, hasta que llegó el momento final, el momento de quitarse los esquís.
No sé si fue la mejor bajada de nuestras vidas (hasta el momento), pero sí que fue una bajada y un detalle por parte de la estación que ninguno de nosotros vamos a olvidar en la vida.
Pero no podíamos dar por finalizada la jornada sin comer un estupendo plato caliente en la cafetería del Hotel del Port del Comte.

Antes de terminar me gustaría dar las gracias a todo el personal de Port del Comte, primero por el inmenso trabajo que se pegaron para que todo pudiera funcionar correctamente después de un temporal de tal magnitud, y segundo por hacernos gozar como pocas veces lo hemos hecho.
¡¡MUCHAS GRACIAS!!
También dar las gracias a Fernando de los Skipowderlovers por dejarme robarle el nombre del título del artículo.
Y recordar que este fin de semana volveremos a disfrutar de toda la estación abierta, seguramente como el resto de estaciones de toda la Península.
Y como siempre os digo, si queréis saber más...