Historia del Valais, parte I

Historia del Valais, parte I
El cantón del Valais, Suiza, es uno de los mas ricos en industria, turismo, historia y tradición deportiva de toda la comunciad helvética. Su historia es realmente interesante y cada vez que tengo la oportunidad de profundizar en el tema, ya sea en el propio cantón o en universidades de Zurich o Ginebra, salgo fascinado.

A nivel histórico, se tiene constancia de asentamientos humanos desde tiempos prehistóricos y en él se desarrolló una importante civilización durante la Edad de Bronce. A partir del siglo iv a.C. varias tribus celtas empezaron a compartir territorios hasta que Augusto incorporó todas las tierras al Imperio romano tras la batalla de Octodurus (Martigny) en el año 57 a.C. Los romanos llamaron a la región Vallis Poenina (valle alto del Ródano) e iniciaron una importante actividad comercial a través del puerto del Gran San Bernardo, que actualmente separa el Valais (Suiza) del Valle de Aosta (Italia).

El cristianismo empezó a arraigar a partir del año 377, y tras la caída del Imperio romano el Valais pasó a formar parte de los reinos franco y carolingio. A partir del 888, todo el territorio se integró dentro del reino de Borgoña del Jura y entró en un periodo histórico que marcaría el futuro del Valais. En una época anárquica que favoreció la aparición del feudalismo, en el año 999 el rey Rodolfo III de Borgoña cedió las tierras al obispo de Sion, quien se vio obligado a defender la región de los constantes ataques de los duques de Saboya, que reclamaban para sí las tierras que baña el Ródano.

A lo largo del siglo XIII la mayoría de comunidades que viven en el valle del Ródano adquirieron un mayor poder y trataron de independizarse del poder dominante, y es entre 1260 y 1270 cuando se empieza a hablar del País del Valais. Durante el mismo siglo, la parte alta del Valais fue colonizada por los germanos, que impusieron su lengua en buena parte del territorio conquistado. A principios del siglo xv se produjo una importante rebelión en el Valais, conocida como el Raron Affair, cuando el pueblo se rebeló contra el barón de Raron y los nobles locales, lo que desembocó en una guerra civil dentro de la confederación. Los cantones de Lucerna, Uri y Unterwalden apoyaron a los rebeldes del Valais, mientras que el cantón de Berna dio su apoyo a los nobles de Raron, afianzándose así el poder germánico en toda la zona.

Por aquel entonces, el Valais mostraba una marcada separación entre el llamado Alto Valais (germánico) y el Bajo Valais (francófono), división que hoy día no existe pero que ha marcado a nivel lingüístico a todo el cantón. El Bajo Valais recibió la influencia de la Saboya, y el Alto Valais asimiló las costumbres y el idioma germánico, enfrentándose en varias guerras hasta la llegada de la Revolución francesa, que marcó la emancipación del Bajo Valais. A nivel religioso, el cantón del Valais y el poder obispal se resistieron al protestantismo durante la época de la Reforma hasta 1798, fecha en la que Suiza fue invadida por la tropas de Napoleón. A finales de 1802, el territorio pasó a formar parte de la recién formada República Helvética, aunque ese mismo año se convirtió en la República del Ródano. En 1810, la República del Ródano fue anexada a Francia como departamento del Simplon hasta el 31 de diciembre de 1813, fecha en la que el Valais recuperó su independencia y solicitó su admisión en la Confederación Helvética.

La nueva constitución aportó cambios importantes y en 1815, tras el Congreso de Viena, el Valais se integró en Suiza como cantón. En 1845, el Valais se unió a la liga separatista católica-conservadora (Sonderbund), también llamada La Otra Liga. Tradicionalmente, el cantón se encuentra dividido en el Bajo Valais (Bas Valais) al oeste y el Alto Valais (Ober Wallis) al este, siendo el primero el que por sus menores altitudes presenta climas más cálidos y mayor población. El Bajo Valais tiene una población predominantemente francófona sobre un inmediato sustrato (aún notorio) arpetano. El Alto Valais es mayoritariamente germanófono, hablándose en él una serie de subdialectos suizo-germánicos llamados valsers. Hasta el siglo xix las poblaciones francófonas y germanófonas se hallaban envueltas en violentos enfrentamientos, y era particularmente disputada la franja de territorio en la cual se enclava Sion (Sitten en alemán).

Sin embargo, fue el progresivo aumento de ls temperatura el que facilitó el avance de los francófonos (con una economía principalmente agrícola e industrial) hasta la zona de Sierre e incluso Leukerbad, mientras era despoblada por los germanófonos valsers, quienes tenían sus medios de producción (ante todo eran pastores) muy adaptados a climas fríos de montaña. A mediados del siglo XIX, el turismo inglés revitalizó poblaciones que vivían literalmente ancladas en el pasado, convirtiendo al Valais en un destino de primer nivel a nivel mundial.

La llegada del ferrocarril al Valais y la construcción del túnel del Simplon, inaugurado en 1906, abrió la región hacia Italia, iniciando un periodo glorioso de comunicación ferroviaria a través de los Alpes. La construcción de las grandes líneas de ferrocarril cremallera, funiculares y teleféricos, y la neutralidad de Suiza durante las dos grandes guerras mundiales del siglo xx, situaron al Valais en el punto de mira de alpinistas y escaladores que no tardaron en instalar su segunda residencia a los pies de sus grandes cumbres. 

Durante la segunda mitad del siglo xx los grandes resorts de montaña iniciaron una considerable expansión, creándose los grandes dominios de esquí de los cuatro valles: Zermatt-Cervinia y Crans-Montana-Aminona. A nivel artístico, el Valais ha inspirado a lo largo de los siglos a poetas, escritores, músicos, pintores y fotógrafos, fascinados con sus cumbres, sus valles, su entrañables aldeas y pueblos de montaña y sus inconmensurables glaciares. Encerrado por todas partes por las montañas, el Valais posee un clima particular, marcado por una fuerte insolación, tanto en invierno como en verano, lo que permite a la región ser una gran productora de alimentos como vino y frutas. El Valais es el cantón que posee el 56% de la superficie glacial de Suiza y todos sus glaciares provienen del período cuaternario.

Actualmente, el Valais ocupa una superficie de 5.224,25 km2, tiene 13 distritos y 160 comunas con una población total de 312.684 habitantes. La máxima altitud del cantón es la punta Dufour en el Monte Rosa (4.634 m), situada justo en la frontera con Italia. El punto más bajo del Valais lo encontramos a orillas del lago Leman (374 m). Las principales ciudades del Valais son Sion (la capital), Monthey, Sierre, Martigny y Brig.


Los pequeños valles del Valais

Unos 40 valles secundarios, con sus respectivos ríos y lagos, descienden sigilosamente desde las cumbres hasta las aguas del Ródano, rodeando el Valais por sus cuatro costados. La mayoría de valles secundarios pueden recorrerse en transporte público, pero los más estrechos y recónditos solo son accesibles a pie. Junto a los valles de Verbier (Val de Bagnes), Zermatt (Mattertal), Saas-Fee (Saastal), el valle de Leukerbad y la terraza natural de Crans-Montana, brillan con luz propia una serie de valles que deseamos mostrar en esta obra. Justo al entrar en el Valais, encontramos la puerta hacia dos magníficos valles, la Val de Morgins y la Val d´Illiez, con las Dents-du-Midi como telón de fondo.

Si disponemos de varios días, podemos recorrer la zona a través del Tour de las Dents-du-Midi, que no presenta ninguna dificultad y que nos permitirá descubrir valles y lagos de gran belleza en unos dos o tres días. Otro itinerario interesante es la subida a Trient (impresionante desfiladero) y el Col de la Forclaz, siguiendo el camino histórico entre Martigny y Chamonix y pasando junto al desvío en Châtelard que conduce al lago de Emosson, con su enorme presa construida entre 1967 y 1973. Siguiendo hacia el este y por el sur del Valais, encontramos la Val Ferret, con la Fouly bajo el Mont Dolent (3.820 m), punto de paso del Tour del Mont Blanc. El impresionante Val d´Entremont da acceso desde Orsières y Champex al puerto del Gran San Bernardo, que conecta con Aosta y el inmenso valle del mismo nombre (Italia). Más hacia el este y por debajo de Verbier discurre la Val de Bagnes, con el lago de Mauvoisin junto al Grand Combin (4.314 m).

Dejando atrás el pequeño valle de Nendaz, llegamos a la encantadora Val d´Hérémence, con la espectacular presa de la Grande Dixence a los pies del Mont Blanc de Cheilon (3.870 m), un magnífico valle que discurre casi en paralelo con la Val d´Hérens, uno de los valles más espectaculares del Valais. Para visitar con calma Evolène, Les Haudères y Arolla recomendamos invertir unos dos o tres días, pernoctando a poder ser en Evolène o en Arolla, donde encontramos el histórico y confortable Kurthaus Hotel, uno de los más antiguos de Suiza, con una biblioteca muy interesante y una cocina excelente. Recorrer con calma la Val d´Hérens nos ayudará a descubrir uno de los rincones más salvajes del Valais, junto con la Val d´Anniviers, el valle de Zinal y el Turtmantal.

Más allá del Mattertal (Zermatt) y el Saastal (Saas-Fee), cuyo protagonismo dentro del mundo del esquí es mas que notable, encontramos siempre hacia el este el pequeño Nanztal, un valle muy estrecho ideal para recorrer a pie que conecta con el Saastal o con la subida al Simplonpass y la frontera italiana. A partir de Brig, el Valais se estrecha hacia el nordeste, dejando hacia el norte el Aletschgletscher y una serie de valles idílicos hacia el sur-sudeste. Subiendo desde Brig hacia el Furkapass y antes de llegar a Fiesch, encontramos a mano derecha el Binntal, con Binn y Fäld, dos pueblecillos de montaña realmente bucólicos que no llegan a los doscientos habitantes, punto de partida para subir al Mittlebärghütte, el Tälligletscher y el Ofenhorn o Punta d´Arbola.

Si seguimos el Ródano hacia el Furka, encontramos otro valle encantador, el Agenetal, que desemboca en el Nufenenpass (2.478 m), el segundo puerto de carretera más alto de Suiza, frontera natural con el cantón del Ticino (el puerto más alto de Suiza es el Umbrailpass, 2.501 m, situado en el cantón del Graubünden). El Valais llega a su fin en los puertos del Furka y Grimsel, rodeados de cumbres y glaciares míticos, como el del Ródano. En 1964 Sean Connery recorrió dichos puertos con su Aston Martin DB5 en Goldfinger, puede que la mejor película de toda la serie dedicada al agente 007. La hostería del Furka que aparece en el filme sigue abierta y nos ofrece una magnífca selección gastronómica con productos de la zona y una panorámica realmente espectacular.

Regresando hacia Brig, Sion y el lago Leman, en la orilla norte encontramos unos seis o siete torrentes que se adentran hacia el norte a través de estrechos valles glaciales, entre los que destacan el Bieligertal y el Fieschertal, con la pequeña población del mismo nombre justo debajo del Eggishorn (2.927 m). Al norte de Brig y Naters, el Aletschgletscher se ha convertido en el protagonista absoluto gracias a su espectacularidad y a la belleza de las cumbres que lo rodean. El Aletsch es el glaciar más largo de Europa y está inscrito en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Destacamos la extensa red de senderos que recorren una parte del glaciar hasta Riederalp, Belalp y Blatten y recomendamos subir hasta la estación superior del teleférico que une Fiesch con Fiescheralp, siguiendo hasta el Eggishorn, desde donde se divisa la mejor panorámica sobre el Aletschgletscher.

Recomendamos, asimismo, visitar los valles del Gredetschtal, Baltschiedertal, Bietchatl y el pequeño Ijolital, sin olvidarnos del impresionante Lötschental. Más allá de las leyendas y los cuentos destinados a asustar a los más pequeños (y a los que no lo son), el Lötschental posee un atractivo especial. Es un valle mágico, con sus nieblas bajas, su contraste de colores en primavera y en otoño, sus veranos templados y sus durísimos inviernos. Con la inauguración del nuevo túnel de Lötschberg, los habitantes del Lötschental llegaron a temer por su economía, pues dependen en gran medida del turismo, pero, por fortuna, el BBS incorporó nuevas unidades a la línea que desde 1913 atraviesa el viejo túnel de 14,6 km entre Kandersteg y Goppenstein, creando una moderna línea regional comodísima, rápida y efectiva entre Berna y Brig que ayuda a mantener el turismo en la zona, conviviendo a su vez con los trenes lanzadera que transportan vehículos desde hace muchos años.

En paralelo al recorrido del ferrocarril se ha creado un itinerario ideal para senderistas que asciende desde Brig hasta el Lötschental y atraviesa paisajes realmente espectaculares. Una vez que dejamos atrás el Lötschental, seguiremos descendiendo hacia el oeste por el inmenso valle del Ródano hasta Leuk, desde donde parte la línea de autobuses que sube hasta Leukerbad, y desde Sierre podemos subir hasta Crans-Montana en bus, en coche o en funicular. Ambos destinos forman parte de la Matterhorn Region, destacados en esta obra.

Desde Sion podemos subir con el bus postal hasta el Col du Sanetsch y el lago de Sénin, situados en un marco natural de alta montaña de gran belleza (se puede llegar en teleférico hasta Gsteig en el cantón de Berna). Desde Conthey, junto a Sion, parte la carretera que da acceso a otro magnífico valle, el de Triquent, y que llega hasta Derborence, población muy rica en leyendas tradicionales, desde donde podemos subir hacia el Pas de Cheville y cruzar hacia el glaciar de Tsanfleuron y Les Diablerets. Junto a Leytron y Chamoson encontramos la subida a Faraire y a Ovronnaz (con sus viñedos y sus baños termales), a los pies del Grand Muveran (3.051 m), y antes de llegar a Martigny podemos subir desde Fully hasta los lagos del mismo nombre, pasando por Planuit y Les Garettes, una zona plagada de viñedos y plantaciones de albaricoques.

Antes de llegar a Aigle, muy cerca del punto donde el Valais deja paso al cantón de Vaud y el lago Leman, encontramos la población de St. Maurice, con su castillo del siglo XVI y su magnífica abadía llena de tesoros y reliquias históricas. Muy cerca de St. Maurice podemos acercarnos hasta la capilla de Notre-Dame du Scex, del siglo xviii, incrustada en la roca. Hacia el este podemos ascender hacia Morcles, y hacia el sudoeste encontramos la Val d´Illiez, punto de partida junto a la Val de Morgins de nuestro recorrido a través de los valles laterales del Valais. Como curiosidad naturalista, es interesante mencionar que los bosques del Valais acogen plantas y setas únicas en Europa. En Crans-Montana encontramos la Amanita Citrina y el Boletus de Plans-Mayens y Anzère, que solamente se han mencionado en un libro italiano y estan consideradas como especies únicas, atrayendo cada año a muchos micólogos de todo el mundo. En Zermatt existe una variedad de flor que solo crece en sus bosques, puede que gracias al micro-clima que se respira a los pies del Matterhorn.

 

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2 Comentarios Escribe tu comentario

  • #1
    Fecha comentario:
    01/03/2020 08:40
    #1
    Gracias Victor por una clase de historia tan interesante. Como se nota que el Valais es como tu segunda casa. Tengo todos tus libros sobre Suiza. Espero que vuelvas a escribir pronto sobre algún destino en los Alpes. No me gustan los publireportajes, me gusta cuando alguien escribe sobre algo que conoce sobre el terreno...como el pedazo report que publicaste sobre Lofoten. Mil gracias pues este verano me voy pa Noruega.

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  • #2
    Fecha comentario:
    01/03/2020 09:18
    #2
    Mil gracias por sus palabras, hoy en día, escribir es una actividad romántica (con toques de narcisismo para saciar las crisis de ego) que mas que dinero, aporta satisfacción, algo de prestigio si la obra está bien escrita y convence y un poco de repercusión mediática (si te sabes vender). Por todo lo demás, la profesión o la vocación de escritor está muy denostada e infravalorada.

    Estamos preparando varios reportajes en profundidad sobre destinos en los Alpes suizos y un par en Austria e Italia. Si todo va bien, en breve tendréis material sobre el Valais... #1

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    • Gracias!

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