Cuando estés pidiendo trabajo de profesor o entrenador en una estación extranjera es muy posible que tengas que pasar un proceso formal de selección, enviando un currículum bien presentado y siendo entrevistado en persona o por teléfono. Prepárate bien si quieres el trabajo, porque hoy día son tantos los profesionales que solicitan los empleos que tendrás que competir con un montón de ellos de cada esquina del mundo.
Sólo tus títulos, tu especialidad o tu nivel de esquí no serán a veces suficientes, pues normalmente las estaciones valoran mucho habilidades concretas como, por supuesto, idiomas, capacidad de relación, de resolver conflictos o demostrar que se es capaz de trabajar en equipo y aportar profesionalidad real, más allá de un mero título de profesor, entrenador o de Jefe Supremo de Demostradores Divinos de la Súper Escuela Mejor del Mundo Mundial (y en este caso no llamas tú, juas, sino que te llaman a ti). Bromas aparte, hazte una lista exhaustiva de tus habilidades y trata de plasmarlas en el currículum y, por otra parte, controla tus carencias y trata de pulirlas.
He aquí unos breves consejos:
Conoce a fondo la estación a la que vas
Métete en su página web y navega, ya que suelen estar llenas de información valiosa. Mira la escuela o el club, qué productos tiene, qué tipo de personas trabajan en ella, indaga si tiene foros o blogs y lee qué se dice en ellos, incluso echa un vistazo en el Facebook y similares por si – el mundo es un pañuelo - tienes amigos comunes o afinidades. Que no te pillen desinformado cuando te abrasen a preguntas en la entrevista, pues dará la impresión de que te da igual trabajar en un sitio que en otro y que no valoras ese puesto ni ese lugar concreto; lugar y trabajo al que, seguro, tus futuros empleadores le tienen un cariño especial y quieren que se aprecie dignamente.
Prepárate para contestar sobre el empleo concreto
Si la estación está volcada, por ejemplo, en el freeride o en las familias o en el alpino de competición, tenlo en cuenta, pues probablemente te querrán para un tipo concreto de clientes. Es posible que te hagan algunas preguntas sobre cómo resolver situaciones. El sistema que suelen usar es plantearte un escenario o una tarea concreta y que contestes qué harás y qué resultado pretendes obtener. Aunque suelas resolver bien situaciones en tu día a día con hechos, asegúrate de ser capaz también de explicarlo en la entrevista con palabras, sobretodo si tienes que hacerlo en un idioma que no es el tuyo. De otro modo, puede que tu futuro jefe crea que te ahogas en un vaso de agua o que no tienes facilidad de comunicación.
Prepara preguntas y hazlas en su momento
Al final de la entrevista te dirán si tienes preguntas. No te quedes callado pues darás la sensación de tener poca experiencia o interés. Es el momento de preguntar cuánto ganarás si no te lo han dicho ya, si en el salario va incluido el alojamiento, la comida o descuentos y beneficios de algún tipo en el área de la estación (algo muy común) así como cualquier otra cuestión relacionada con el día a día del trabajo o la vida en la zona. Sé discreto, por supuesto, pero contesta sin rubor lo que ganabas en tu anterior escuela o cómo son las condiciones de vida, comprendiendo, eso sí, que en el nuevo trabajo pueden ser bien distintas.
Ten claro tu salario
Pregunta cómo es el nivel de vida allí y si resulta fácil vivir de tus ingresos como profesional. Si no fuera así y ves que se gana poco, pregunta por la posibilidad de combinar tu trabajo entre la escuela y el club o en aportar algún valor a la empresa que te contrata, como por ejemplo hacer de intérprete o traducir documentos a tu idioma, colaborar en otras tareas de la escuela o el club y cosas así… Sé cuidadoso con ello, y deja claro que tu prioridad es ese puesto concreto que solicitas dentro de esa empresa, pues al jefe no le hará mucha ilusión que te distraigas, por ejemplo, con un segundo empleo a cien kilómetros de la estación o trabajando en un bar de copas hasta las seis de la mañana.
No hables mal de tus anteriores empleos
Quizás en alguna pregunta capciosa tengas que hablar de tus experiencias anteriores. Las comparaciones son buenas cuando son objetivas y constructivas, pero si sólo hablas negativamente de tus jefes o tu anterior empleo, crearás desconfianza entre tus futuros compañeros. Deja las críticas – siempre necesarias cuando son constructivas - para el ámbito privado o para cuando ya hayas aportado algo positivo al nuevo trabajo. Por otra parte, las alabanzas nunca son malas, pero si hablas de tu actual trabajo o de tu país como si fuera el Ombligo del Mundo, quizás tu interlocutor piense que no vas a sentirte cómodo en tu nuevo destino.
Ten claras tus obligaciones
Es posible que tu prioridad al trabajar en el extranjero sea estudiar el idioma o simplemente viajar, pero ten en cuenta que lo que busca la escuela o el club es un profesional del esquí, en el sentido más amplio del término. Sé sincero contigo mismo y con tu futuro jefe, pero si das la impresión de querer utilizar el trabajo en pistas como un mero instrumento para tus fines particulares, quizás prefieran contratar a otra persona más comprometida con la profesión.
Finalmente, a mi me gusta añadir algo a esa frase tan típica hoy día de “sé tú mismo”. Sí; sé tú mismo pero NO DES MIEDO. Algunas culturas son muy distintas a la nuestra y se incomodarán si cuentas que lo que más te mola es la fiestecilla, trabajar lo mínimo, ligarte a la clientela o, ya sin bromas, si no demuestras un mínimo de conocimiento y comprensión hacia la forma de vida del país en el que pretendes trabajar. Cosas normales hoy en España como, por ejemplo, la grosería al hablar, criticar destructivamente, no reconocer las normas cívicas o las jerarquías, pueden ser consideradas totalmente inaceptables en otros lugares…. No pierdas un empleo magnífico por ser insensible a las costumbres de los demás.
Carolo © 2009