Hoy hablaba con Pepe Peinado, el fundador de esta web, sobre lo que llevamos haciendo aquí casi treinta años ya, que es compartir información sobre nieve. Me decía que, las personas que difunden generosamente lo que saben, es porque se sienten seguras de poder seguir generando información de calidad. Se podría pensar que, por el contrario, los que son demasiado celosos, es tal vez porque desconfían de tener esta capacidad y creen que, compartir lo poco que tienen, les empobrecerá.
Personalmente no creo haber inventado nada o casi nada, luego nada me pertenece; me he limitado a divulgar cosas que he encontrado interesantes, añadiendo tal vez algún toque personal. Y como tiendo a ser indulgente, creo que hay razones varias para no querer compartir: los hay que lo hacen para protegerse de los oportunistas que se aprovechan del trabajo de los demás, hay quienes creen que lo que saben o hacen no tiene valor suficiente como para tomarse la molestia de mostrarlo, hay personas que no se ven capacitadas para sentarse frente a una pantalla y parir algo con valor, las hay que quieren evitar las consecuencias de las críticas y, finalmente, como decía Pepe, los hay que, simplemente, siguen la inercia del pasado reciente del esquí, en el que ocultar información confería poder a los que, supuestamente, poseían un conocimiento vedado al resto de los mortales.
Creo que cualquier lector del Nevasport tiene los suficientes “tiros daos” como para saber que ese empeño en ocultar información es ridículo en el siglo XXI. Es posible que sí, que la gente se aproveche de tu esfuerzo o que las críticas sean crueles, pero los beneficios son muy superiores a las pérdidas. Podría contar decenas de anécdotas en las que un compañero me contaba con condescendencia cosas que yo mismo había publicado diez años antes, trabajos que fusilaban con descaro párrafos enteros de mis escritos, o mediocres que intentan desacreditar por los medios más originales un trabajo que ellos son incapaces de hacer por vagancia, por falta de conocimiento, de talento o de las tres cosas a la vez. Pero no tiene tanta importancia. No solo es una satisfacción saber que eso que a otros sirve ha salido de tus teclas, aunque haya sido con no poco esfuerzo físico, mental y también económico. Lo importante de todo, es que ese insignificante granito de arena que aportas contribuye a que el ámbito del que vives sea un poco mejor, y eso, para el que sepa mirar con la lucidez suficiente, termina beneficiándote a ti tanto como a los demás.
Y esta es la cuestión sencilla que a tantos cuesta entender y que, a los que son productivos publicando, les reporta tanto alegrías como malentendidos y juicios maliciosos. Cuando uno contribuye modestamente a generar un universo un pelín mejor informado -en mi caso un mundo profesional, pero ocurre lo mismo con quienes lo hacen por ocio- estimula a los demás a hacer lo propio, enriqueciendo exponencialmente el mundo en el que uno se mueve. Se verifica, en fin, esa frase que, los que me conocen, me habrán escuchado tantas veces decir: lo que es bueno para el esquí, es bueno para mí. Cualquier lector de Nevasport sabe esto desde hace mucho, sencillamente, porque lo comprueba cada día encontrando información sin fin, nueva y de calidad. Información provista, espléndidamente, por personas que no temen empobrecerse con ello, sino que confían en su capacidad de seguir generando material interesante.
¡Buenas huellas!
Carolo, marzo de 2020