La semana pasad dije que, partiendo de una buena posición, el cambio de cantos resulta más eficiente. Esto, además, favorece que el contacto con la nieve sea constante a lo largo de toda la vuelta y la presión sobre los esquís se pueda regular progresivamente. Casi nada ¿eh? Por poner un par de ejemplos, con un rolido de cantos en una posición retrasada tendremos que levantar la cola del esquí interior para iniciar la vuelta y, con un cambio muy precipitado, bien pivotaremos en exceso o bien la presión será tan repentina sobre el nuevo canto que derraparemos un poco, lo justo para arruinar la limpieza de la curva y, quizás, nuestra línea.
En qué consiste, pues, un cambio de cantos suave. La palabra clave es paciencia. Incluso en los virajes cortos, en los baches, a gran velocidad, en casi todas, todas las situaciones, el desencadenamiento del viraje requiere de paciencia. Por supuesto que la paciencia es relativa y, en una carrera no nos vamos a fumar un pitillo entre curva y curva, pero hay que hay que tomarse el “tiempo” y el espacio necesarios para comprobar que "todo está en su sitio" mientras sentimos la presión que vamos ejerciendo paulatinamente sobre nuestros pies al desencadenar la siguiente vuelta.
Una buena fórmula para trabajar y perfeccionar esto es esquiar en un solo esquí intentando “carvear” pero, mucho más fácil es, con los dos esquís, simplemente, tratar de empezar los virajes a cámara lenta. Si no estamos en una posición perfecta nos será muy difícil hacerlo en un buen paralelo y tendremos que recurrir al “stem”, lo que denotará que “no estábamos bien colocados en nuestro sitio” o que hemos querido comenzar la curva demasiado pronto, sin darle espacio a nuestros esquís para cambiar de unos cantos a otros limpiamente. Haciendo todo el desencadenamiento muy despacio – aunque durante el resto de la curva viajemos rápido - nos dará tiempo a sentir qué está pasando entre nuestros pies y la nieve, y desarrollaremos unos automatismos que, con un poco de práctica no darán esa perfección necesaria hoy día para rascar unas centésimas al crono o, simplemente, para emplear nuestros esquís de la mejor manera para la que están diseñados.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2005.