Para los despistados, este artículo es la continuación de una primera parte, os recomiendo pinchar en el siguiente link para no perderos la primera parte:
El Valle de Arán siempre fue un lugar de costumbres propias, y con una cultura única. Tanto es así, que no sólo conservan unas tradiciones y festividades, sino también su propia lengua. Esto es debido a la situación de "aislamiento" que vivió durante siglos.
Para poner en contexto, el Valle de Arán se estructura por pueblos divididos en tercios. Cada pueblo es fruto de la unión alrededor de una iglesia. La Edad Media supuso un auge de la construcción de iglesias de estilo románico y románico tardío, con una pincelada de gótico.
Alrededor de las iglesias, surgen las casas aranesas, construidas prácticamente con le mismo lenguaje. Mismos materiales, mismos estilos de cubierta, mismas fachadas y mismas distribuciones. Las fachadas son pintadas, las ventanas decoradas con motivos ornamentales y la cubierta toma su forma para la evacuación del agua y la nieve.
Nos encontramos una sociedad principalmente ganadera, cuya casa es participe de ello. La borda se vuelve otro espacio esencial en la vida de las familias, es el lugar donde se guardaba el ganado y solía estar cerca de la casa o pegado a ella. Dentro de la vivienda, la vida familiar sucede en la planta baja, toda en el mismo espacio. Allí se encontraban la chimenea, el horno, mesas, sillas, muebles, el lavadero...
A partir del siglo XIX, la casa gana subdivisiones, los espacios comienzan a tener su función propia, con deseo de separar lo privado de lo común. Toma importancia el vestíbulo, para evitar que la casa se enfriase al entrar,. Allí se solía encontrar el acceso a las escaleras. La planta baja se ocupa principalmente por la cocina, donde se elaboraban los alimentos, con el horno y la chimenea. La cocina era el lugar principal, con el calor, donde se desarrollaba la mayoría de vida familiar. También existía una bodega separada. En la planta baja también se encuentra el comedor, que se utilizadaba en ocasiones especiales y a veces un pequeño dormitorio.
En la planta superior en esta época, se empiezan a ubicar las habitaciones y la sala de estar. Este espacio estaba desprovisto de decoración, pues únicamente era utilizado para descansar y contaba con un mueble y una cama. Muchas casas además disponían de un piso como desván o almacenamiento.
Las casas y las bordas se buscaba construirlas sobre terrenos rocosos, utilizando la inclinación del terreno para el acceso desde la calle a las diferentes plantas. Los muros estructurales son de piedra, las cuales se unen mediante una mezcla de tierra, tierra agua y estiércol. Servían como fachada y como elemento portante. Su función aislante era enorme, ya que disponían de grosores de entre 50 cm y 100 cm. La piedra utilizada en la zona del Naut Arán, era más grande y redondeada, a medida que vamos bajando el valle distinguimos como el tamaño de la piedra se reduce.
Tanto la planta superior como la estructura de la cubierta se hacían mediante vigas y correas de madera sobre la que se apoyaban tableros, encargados de soportar el suelo y las tejas de pizarra. Éstas no se colocaron hasta el siglo XIX, hasta entonces se utilizaba paja y madera. Todos estos materiales eran extraídos del entorno del valle.
En el siglo XIX se añade un tercer material a la ecuación, la teja de pizarra que permite aislar muy bien de las temperaturas y proteger de las precipitaciones. Su peso protege la cubierta de ser arrancada por el viento, permitiendo también que la nieve deslice mejor y no se acumule.
Las conexiones en invierno eran prácticamente inexistentes con la Península y muy complicadas con Francia, solo posibles gracias al río Garona. En Verano, el camino hacia España se recorría en varios días por difíciles puertos de montaña, en caballo o en burro. Esto complicaba mucho el tráfico de mercancías con el "exterior", por ello las familias eran prácticamente autosuficientes.
En la primera mitad del siglo XX, se construye el túnel de Vielha, quizá el acontecimiento más importante para el valle. Esto supuso el fin de su "aislamiento", con una conexión directa con el resto de la Península. El pueblo reclamó este túnel al rey Alfonso XIII durante su visita al Valle. El túnel iba a ser inicialmente para el ferrocarril, pero cambió su función a carretera.
Su construcción comenzó en 1926 pero se alargó 22 años debido a la Guerra Civil. Las obras contaron con numerosos presos de guerra trabajando junto con los obreros, muchos de ellos jóvenes mineros asturianos, en condiciones muy precarias. Las obras se cobraron cinco víctimas mortales debido a una explosión y muchos heridos por las pocas medidas de seguridad ante hundimientos.
En 1941 finaliza la perforación y en el 1948 se inaugura, siendo el túnel más largo del momento en el mundo con 5.240 m. Así surge el primer Túnel de Vielha. Consigue transportar a través del mismo a unos 6000 coches/día. Finalmente en 2002 se construyó un nuevo túnel paralelo, finalizando las obras en 2007, con mejores condiciones de seguridad para el tráfico.
El esquí surge en el Valle de Arán en esta época, os dejo este interesantísimso artículo "Así es cómo entró el esquí hace 100 años en la Val d'Aran". Aunque no es hasta 1964 cuando surge la Estación Invernal de Baqueira Beret, tras la instalación de los primeros remontes. La estación comienza a crecer a pasos agigantados, y supone la llegada al valle de esquiadores de toda la península y de parte de Francia.
La casa aranesa evoluciona significativamente a partir del siglo XX, con la construcción del túnel de Vielha, la mejora de accesos con Francia, y la construcción de la estación de esquí Baquiera Beret.
La población comienza a dedicarse al turismo. La casa comienza a tener un único uso de descanso y ya no tiene esa relación con la ganadería ni su función productora. Nacen también las segundas viviendas muy relacionadas con el turismo de montaña. Así la casa aranesa pierde mucha de su identidad. Finalmente, comienzan a ser construidos los edificios de bloques multifamiliares junto a las pistas, con la capacidad de albergar cada vez más viviendas y segundas residencias.
Las casas empiezan a añadir instalaciones: electricidad, muebles, fontanerías modernas y electrodomésticos. La cocina pierde su función principal de la casa y la gana el comedor. El ático deja de utilizarse como bodega y se añaden dormitorios bajo cubierta. Las bordas se redujeron y se transformaron en almacenes o garajes.
Para evitar la pérdida de identidad de la arquitectura aranesa tradicional, en 1982 se crea una estricta regulación ("Normes Subsidiàries i Complementàries de Planejament de la Vall d'Aran") Pretenden controlar y fomentar la creación de viviendas con un estilo más parecido a las tradicionales, y así recuperar el paisaje urbano tradicional. Se regulaba el lugar donde se construía cómo se construía, sus materiales, su forma, su altura, etc .
Se empieza a dar importancia a la piedra vista en las fachadas. Pero como hemos visto, esto era más propio de una borda que de una casa (la casa solía tener la fachada pintada de algún color), y también se continúa con la importancia de la utilización de tejas de pizarra. Respecto a la construcción de estas casas, la estructura de los pisos sustituye los tableros y la estructura de madera por el hormigón armado.
A día de hoy, después del Covid, la población crece, y con ella la preocupación por la identidad aranesa y por la construcción y preservación de una casa tradicional. La tendencia actual es que la cocina y el comedor pasan a ser el mismo espacio, y éste es el alma de la casa, siendo la zona mejor iluminada de la casa. Los segundos pisos ganan importancia aunque siguen siendo dormitorios, también se vuelven zonas donde trabajar o teletrabajar y tener los despachos. Le pasa lo mismo a la planta bajo cubierta.
Los materiales siguen siendo piedra, madera, hormigón y pizarra, aunque la piedra ha pasado prácticamente a una funcionalidad estética, como revestimiento exterior, y el hormigón toma un papel muy importante.
La tendencia sobre la sostenibilidad también crece mucho en las nuevas construcciones, utilizando métodos de calefacción como geotérmia o energía solar, así como aislando mejor las viviendas. Esto permite que los muros exteriores de las viviendas no superen los 50 cm.
Un elemento a destacar a día de hoy son los huecos, tanto ventanas en fachadas como tragaluces en cubiertas. La mejora de los sistemas de aislamiento de carpinterías y vidrios y el interés en hacer al paisaje exterior formar parte de la arquitectura, hace que estos elementos se vuelvan muy importantes. El interior de la casa se hace participe de la vida exterior y de su paisaje. Esta influencia nórdica se puede apreciar cada vez más en las casas pirenaicas.
Es importante resaltar que muchos estudios de arquitectura, tanto pequeños como grandes, toman interés en el Valle. El lugar forma un conjunto perfecto donde desarrollar un proyecto sostenible, lujoso y a la vez vistoso. Es cierto que estos proyectos se esfuerzan, aunque a veces no se consiga, en formar parte del paisaje urbano existente. Esto hace del Valle de Arán un referente en este ámbito de la arquitectura contemporánea, con unos proyectos muy interesantes.
"La riqueza de la cultura aranesa radica en su tradición, la cual ha permanecido, gracias al esfuerzo. Se puede ver en las iglesias, casas, bailes, festividades de la zona y en las gentes. Ese sentimiento hacia la identidad es fruto del cuidado y el respeto por lo existente. La correcta compresión de la historia local evita que una cultura desaparezca en su totalidad y garantiza su evolución, pero sin perder de vista sus tradiciones"