El Valle de Arán, se encuentra en la comarca del mismo nombre, en Lleida, encaramado entre Aragón y Francia. Sus laderas han albergado poblaciones desde la prehistoria, pasando por el Imperio Romano. Ha sido parte de la corona de Aragón, estando a punto de ser invadido por Francia y posteriormente del Principado de Cataluña. Ha sido testigo de la Guerra de los Segadores e incluso de la invasión Napoleónica y movimientos antifranquistas.
Sus laderas, han sido protagonistas de la historia, la cual ha quedado impregnada al valle, y cuya historia esta ligada inevitablemente a la montaña. El 30% del territorio se encuentra a más de 2000 m de altitud, y dos de sus montañas superan la barrera de los 3000 m. Todo ello ha definido la cultura artística y arquitectónica de una zona especialmente singular, no sólo dentro de los Pirineos, sino dentro del territorio español.
El patrimonio aranés es muy extenso. Siendo muy conocido por sus iglesias de origen románico y gótico, aunque cuenta con numerosas aportaciones modernas. Gracias al turismo de montaña y en especial, al turismo invernal, también grandes aportaciones de arquitectura contemporánea. Una evolución coexistente en el espacio, y, ahora, en el tiempo. En cambio ese camino no ha sido fácil y analizaremos en este artículo el por qué.
Uno de los tiempos que ha dejado una huella imborrable en el valle fue la Edad Media, con sus monasterios e iglesias románicas. Desde entonces, la división de los pueblos del valle es muy parecida a como la conocemos hoy en día, dividida en tercios.
El románico destacó de manera evidente en el valle. La arquitectura tenía entre uno de sus objetivos la protección contra los elementos meteorológicos, y el románico, con sus grandes muros y pocos huecos en fachada, resultaba inmejorable. A día de hoy y casi diez siglos después podemos ver las huellas del románico por todo el valle.
Debido a que muchas datan del siglo XII, han sufrido remodelaciones a lo largo de los años. Un buen ejemplo de una iglesia que apenas ha tenido cambios es La Iglesia de la Purificación de Bossost donde se puede observar casi el edificio original. Es muy interesante como conserva el sistema estructural propio del románico, con tres arcadas que separan las naves. Grandes pilares circulares de piedra de la zona, claramente trabajada para encajar en la estructura. Como la mayoría de estas iglesias, posee un campanario, de planta cuadrada y un tejado piramidal. Otro ejemplo similar es La Iglesia de Santa Eulàlia de Unha y La Iglesia de Santa Maria d'Arties.
Otro bonito ejemplo se encuentra en Montgarri, considerado el poblado más frío de España, donde encontramos el Santuario con el mismo nombre. Construido en el siglo XII a 1640 m de altitud, aunque el edificio actual data del siglo XVI, es por ello que podemos ver como su construcción difiere de los ejemplos anteriores.
Podemos ver la transición a lo largo de los siglos, y nos encontramos iglesias de estilo románico tardío, que empiezan a rozar características del gótico, un ejemplo muy bonito es La Iglesia de Sant Miquèu de Vielha, ésta era la capilla del antiguo castillo del que no queda nada. Muy buen ejemplo también de este románico de transición es la Iglesia de San Andrés de Salardú.
La casa aranesa
Los 33 pueblos se dividen en tres tercios, la mayoría de ellos buscan las cotas inferiores del valle, donde la meteorología es indudablemente mejor. El principal objetivo de la arquitectura aranesa será la protección frente al medio extremo, tanto de temperaturas, como de precipitaciones y viento. Su clima frío y húmedo destaca debido a su orientación este-oeste y encontrarse en la vertiente atlántica de los Pirineos.
Es por ello que la identidad de casa en la Vall d'Arán cobre una gran importancia. Hablamos de un espacio donde la vida debe desarrollarse con comodidad, sin participar del entorno extremo donde se encuentra pero a su vez no perdiendo que esa es la razón de su existencia.
Sus habitantes han vivido hasta el siglo pasado prácticamente del autoconsumo, del ganado y la agricultura. Dentro de la casa, cada miembro tenía su labor. Así surgen sus principales espacios. La casa aranesa tradicional se divide en tres cuerpos claramente diferenciados, colocados alrededor de un patio. Según la distribución de esos cuerpos el tipo de casa era uno u otro.
Esos tres tipos de cuerpos son:
- La casa: donde se desarrollaba la vida en familia.
- La borda: generalmente, se trata de una pequeña cabaña o refugio de piedra o madera que se utiliza para herramientas agrícolas y ganaderas o para productos alimentarios, incluso para guardar animales y la paja.
- El corral o una galería
Así según esa distribución nos encontramos que estaban los edificios alrededor de un patio; la segunda, la casa y la borda se separan como dos edificios independientes; y la tercera, la borda y la casa se unen en un mismo conjunto, aquí la borda se encontraba en el piso inferior la vivienda en el piso superior. Este último método aleja la vivienda del suelo, que es la mayor fuente de humedad de la casa, así mantiene un ambiente interior más seco y suave.
Como ya habíamos visto, la arquitectura eclesiástica tiene un papel muy importante en los pueblos. Es por ello que el eje central del pueblo es la plaza donde se encuentra la iglesia, un lugar de reunión que se convierte en el punto articulador del espacio.
Las casas se ubican parcialmente abiertas a espacios públicos y se encuentran separadas unas de otras un total de "quatre pams aranesos", referida a una unidad de medida aranesa utilizada sobre todo en la construcción donde un "pam aranés" es una medida de longitud que equivale a aproximadamente 26,6 centímetros. Este espacio es muy importante para permitir la evacuación del agua de la lluvia y la nieve.
Las cubiertas se construyeron de paja hasta el siglo XIX, y desde entonces se comienzan a construir con tejas de pizarra. Estos eran de dos varios aguas y con inclinación considerable, para evitar la acumulación de nieve sobre la cubierta.
Es muy normal ver tejados con la parte frontal escalonada en la fachada, para proteger el edificio del fuego y ayudar a la evacuación de agua. El tejado podía tener aperturas y el espacio de debajo era llamado "L'humerau". A parte, tenía la salida de la chimenea y del horno. La configuración del tejado las clasifica en "goteraus" y "penaus".
En cuanto a los materiales utilizados en la construcción, tanto de casas como de iglesias, predomina la piedra, obtenida del suelo, y la utilización de madera, tanto estructural como en acabados. En casas de mayor nivel de recursos se utilizaba mármol como acabado en puertas y ventanas, tenían la fachadas pintadas y decoradas con motivos vegetales. Las casas con menos recursos y las bordas se quedaban con piedra vista. Los huecos casi siempre se colocaban de forma simétrica, puerta en la parte central y ventanas en la planta primera de la fachada.
Antes del siglo XIX las casas eran pequeñas y su principal fuente de ingresos era agrícola y ganadera. El pastor dejaba la casa por semanas para pasar los días en cabañas en la montaña. La vida de la casa se desarrollaba en la planta baja, con las camas, mesas, sillas, lavaderos, hornos y chimeneas, casi todo sucediendo en el mismo espacio. La planta bajo cubierta, "L'humerau", se aprovechaba para guardar seca la comida y secar la ropa u otros productos gracias a los huecos en el tejado.
Un muy buen ejemplo de casa tradicional aranesa que se puede visiar a día de hoy es la Casa Paulet, en Arties. Data del siglo XVI (en el dintel exterior se pueden leer las fechas 1549 y 1568). Tiene planta rectangular y posee una planta baja, una planta primera y el humeral bajo la cubierta. Podemos ver los acabados ornamentales sobre sus ventanas y su fachada penaus.
Así concluimos esta primera época de la arquitectura aranesa. Ganan mucha importancia las iglesias en la edad media.Son un elemento articulador del urbanismo en los pueblos pues surgen alrededor de una plaza. Las casas tienen como principal objetivo protegerse del medio exterior.
Son construidas por una sociedad principalmente ganadera, con sus bordas, tanto unidas como exentas. La vida se desarrolla en la planta baja. Las construcciones son austeras pero mantienen una identidad todas ellas, que parecen ser construidas casi todas por la misma persona y con las mismas ideas.
En el siguiente artículo veremos como la arquitectura aranesa evoluciona a partir del siglo XIX, con la aparición del turismo y el esquí.
Este artículo continúa en una segunda parte a la que se puede acceder desde el siguiente Link:
Principales fuentes utilizadas:
- "La Casa Aranesa" (Xavier Roigé, Ferrá Estrada, Oriol Bletrán)
- "Apunts per una actualizació de la casa aranesa" (Blanca Bargalló Granero)