Estamos acostumbrados a acarrear los esquís. En el trastero, en el coche, al hombro cuando nos dirigimos a pistas… Trajinar con estos “aparatos” de aproximadamente nuestra estatura y varios kg de peso es un engorro que tenemos asumido. Pero, ¿y si todo fuera más sencillo?
La quimera de tener unos esquís más fáciles de manejar existe desde que existe nuestro deporte, pero convertir la idea en realidad es complicado.
Elan lo ha conseguido. Os presentamos el Voyager, un esquí plegable.
La historia de Elan con los esquís plegables comienza hace algunas temporadas, con el IBEX Tactix: un esquí de travesía desarrollado junto con el ejército esloveno con intención de aumentar la movilidad de sus tropas, la capacidad de transporte y las operaciones con helicóptero. La base tecnológica del Tactix ha sido el punto de partida del Voyager, un all mountain en toda regla.
Características
Aparentemente, el Voyager es muy parecido al Amphibio, en mi opinión uno de los mejores esquís que ha fabricado nunca Elan. Sobre el papel es un all mountain pistero, con un patín de 78 mm -idóneo para pista y terreno variable- y un radio de giro tirando a cerrado. El perfil asimétrico Amphibio es una de las señas de identidad de la marca, con rocker sólo en los cantos exteriores, lo que proporciona una conducción precisa y al mismo tiempo un cambio de canto suave. Eso quiere decir que tenemos esquí izquierdo y derecho.
La construcción también es la habitual de los mejores Elan: sándwich con núcleo de madera y Titanal.
La singularidad está en el centro del esquí y su tecnología Connect. Por un lado tenemos la articulación, con cuatro rótulas de acero que permiten el plegado. Y por otro la placa sobre la que se monta la fijación, que pivota y bloquea el esquí.
El conjunto está muy bien resuelto, con un nivel de acabados que denota un profundo trabajo de desarrollo y puesta a punto del sistema.
La discontinuidad de los cantos en el punto de plegado es lo que, a priori, nos generaba más dudas. Porque no hay un solo corte sino tres en cada canto, en las piezas de unión entre ambas partes del esquí.
Por lo demás, el mecanismo parece muy sólido.
El Voyager se presenta en una funda de 1 m de longitud, lo que permite su fácil transporte en el maletero del coche y facturarlo como una maleta normal en los aviones, en lugar de tener que hacerlo como equipaje especial. Se acompaña de un cepillo-rasqueta de madera y un paño para limpiar y secar los esquís antes de guardarlos.
Cuidando los detalles, nos gusta.
Test
Todo empieza al llegar al parking de la estación. Abrimos el maletero del coche y sacamos la bolsa con los Voyager. El montaje es muy sencillo: desplegamos el esquí, levantamos las pestañas que bloquean la fijación (hay que hacerlo sin guantes), la giramos 180º y la colocamos en posición de funcionamiento. Cerramos las pestañas de seguridad, liberamos el freno y… listos.
Todo el proceso apenas dura un par de minutos. Esquís al hombro y ¡a esquiar!
La sensación cuando nos calzamos los Voyager es idéntica a la de cualquier otro esquí, más allá de que se nota un poco el peso adicional del conjunto. Nada trascendente cuando estamos sobre ellos, aunque al hombro se nota más. Nuestra unidad de pruebas dio una cifra de 3,580 Kg en nuestra báscula, cuando un Amphibio 18 Ti en la misma medida (172 cm) pesa 3,182 Kg.
Tras bajar del telesilla llega el momento de la verdad. Cerramos los ganchos de las botas, ajustamos las gafas y los bastones y empezamos a deslizar. Un poco de velocidad, buscamos apoyo sobre el esquí exterior y la desconfianza inicial desaparece con los primeros virajes.
El Voyager se comporta como cualquier otro esquí, tan bien como el Elan Amphibio que he esquiado en numerosas ocasiones y siempre me ha dejado buen sabor de boca.
Es un all mountain pistero, sólido y noble de reacciones, con el que puedes esquiar a ritmo tranquilo pero que responde sin rechistar cuando aumentamos la velocidad y la presión en los apoyos. Nos permite cerrar las curvas, no es torpe en el cambio de cantos y gracias a su anchura absorbe bien en terreno irregular.
¿Qué más? Pues que el temor a que los cantos discontinuos afectasen a la conducción es infundado. El esquí tiene un deslizar sorprendentemente fluido… algo que romperá los esquemas de cualquier skiman pues un canto cortado en la zona del patín es -en teoría- lo peor para conseguir un buen deslizamiento.
Solo tenéis que echarle un vistazo al vídeo que me hizo Javi Alonso -probador fijo en el Test Esquí Pro- para constatar que no me aburrí mucho con los Voyager.
Quiero destacar la solidez del sistema. La placa es la clave: cuando la fijamos encaja en unas ranuras que dan una sensación realmente indestructible al esquí. No nos parece que con el tiempo el Voyager vaya a coger holguras o romperse.
Y no hay mucho más que decir. Al acabar el día volveremos al coche, plegaremos los esquís (la nieve no se acumula y se desmonta sin mayores problemas) y en lugar de subirlos al techo, los guardaremos en el maletero.
Realmente, el Voyager nos ha sorprendido. Bravo por Elan.
ELAN VOYAGER
Construcción
- Sandwich RST
- Titanium reinforcement
- Núcleo de madera laminada
- Perfil Amphibio
- Tecnología Connect
- Placa Fusion reforzada con carbono
Fijación: EMX 12.0 GW
Medidas bolsa: 100x27x17
Peso (un esquí): 3,580 Kg/172 cm
Colores: negro, verde, rosa
Precio: 1.495 € (esquí y fijación)
Precio bolsa: 199,95 €
*Sólo disponible en tiendas especializadas
Más información: elanskis.com
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Distribuye:
Sunset Sport
Mail: carles@sunset-sport.fr