Quizá algunos de vosotros hayáis seguido todos los artículos de la progresíon técnica de un esquiador desde el 'viraje fundamental' hasta el 'paralelo perfeccionado'. Si es así es posible que algunos os preguntéis qué pasa con los 'giros en cuña', ¿cómo es que no he hablado aún de ellos?
Lo que sucede es que considero que esa es la etapa más importante en la evolución de un esquiador y la he querido dejar para el final. Hoy hablaré sobre las primeras curvas que hacemos al aprender a esquiar, los primeros giros.
A mi modo de ver, las primeras horas de aprendizaje de un esquiador son las más importantes, las que más recuerda y, sobretodo, las que marcan un cambio más importante en su nivel de autonomía y libertad. Y es que, si lo pensáis bien, cuando un esquiador se inicia en este deporte pasa una serie de horas en el llano, conociendo el entorno y el material, aprendiendo a moverse, deslizar, y frenar... Entonces llega el gran momento, el gran cambio, aprende a girar y a controlar, por tanto, su trayectoria. Aprende a moverse de manera autónoma (aunque sea sólo en pistas fáciles) y empieza a sentirse libre e independiente para disfrutar del esquí.
Como digo, creo que ese momento es el que marca un punto de inflexión en la evolución de un esquiador: aprender a girar en cuña.
Para ello existen mil técnicas y trucos (de hecho hace poco carolo compartía uno con todos nosotros), cada escuela aboga por una u otra forma de realizar esos giros y cada una tiene sus pros y sus contras.
Hoy voy a plantearos dos de ellas, las que comunmente se llamaban 'giros en cuña por carga' (o 'forma 1') y 'giros en cuña por extensión' (o 'forma 2').
- Empecemos por la primera, 'por carga'.
En este tipo de giros en cuña lo que buscamos es que el alumno, manteniendo la posición de cuña de los esquís, desplace su cuerpo a uno u otro lado para 'cargar' más un esquí que el otro y así provocar un cambio de trayectoria. Por explicarlo de forma muy simple y emulando a carolo: conseguiremos desplazarnos hacia donde 'apunte' la espátula del esquí en el que cargamos el peso, si cargamos sobre la derecha, nos moveremos hacia la izquierda (y viceversa).
Este tipo de giro tiene la gran ventaja de ser el más sencillo de realizar, es técnicamente menos complejo e incluso menos cansado. Como contra debo decir que desde este tipo de giro nos será más difícil evolucionar hacia el 'viraje fundamental'.
- Ahora hablemos de los giros en cuña 'por extensión'.
En este tipo de giros en cuña provocaremos un cambio de dirección del movimiento 'abriendo' más la cuña de un lado que del otro. Al provocar una extensión de una de las dos piernas (mientras mantenemos siemrpe la posición de cuña) ese esquí recibe más presión y, usando la misma explicación que antes, nos desplazaremos hacia donde ese esquí 'señala'. o como se solía explicar en la escuela 'clásica' conseguiremos desplazarnos hacia el lado contrario de la pierna con la que realicemos la extensión.
Este tipo de giros es técnicamente más complejo, y a veces puede ser muy difícil que los alumnos consigan realizarlo correctamente. En cualquier caso, si lo consiguen, el tipo de movimiento y de trabajo diferenciado de las piernas les facilitará mucho la progresión hacia el 'viraje fundamental' y, posteriormente, el 'paralelo elemental'.
Ya para acabar por hoy, dejadme sólo aconsejaros que, llegados a ese punto crucial de aprender o enseñar a girar en cuña, entendáis que lo más importante es siempre conseguir (ya sea con una o otra técnica, de manera más o menos depurada) el objetivo: dotar al alumno o a nosotros mismos (si somos los alumnos) de la capacidad de controlar la trayectoria y esquiar de forma autónoma. Una vez hayamos conseguido aprender a girar, ya sea de uno u otro modo, ya tendremos tiempo de trabajar para pulir o perfeccionar la manera en que lo hacemos...
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior