Como decía en el resumen de este artículo, si hace poco hablábamos sobre el paralelo elemental y sobre como suele ser el primer objetivo técnico de los esquiadores que se inician en este bonito mundo, hoy quiero hablar un poco sobre el paralelo perfeccionado.
Podríamos decir que el paralelo perfeccionado viene a ser el ‘santo grial’ para los esquiadores experimentados, es aquello que todos buscan y no muchos encuentran: se trata del último escalón en la evolución de un esquiador en cuanto a técnica de pista se refiere.
¿Y cuál es la diferencia entre el paralelo elemental y el perfeccionado?
Según mi punto de vista podemos hablar básicamente de dos características que marcan la evolución de los virajes del paralelo elemental al perfeccionado:
1- La conducción de las curvas.
2- El aumento de la amplitud, eficiencia y precisión de los movimientos.
Vayamos punto a punto.
Por un lado hablamos de la conducción de las curvas y es que a mi modo de ver esta es la diferencia fundamental entre un paralelo elemental (y por definición, derrapado), y un paralelo más perfeccionado.
En este último se busca que las curvas sean mayoritariamente conducidas, eso no quiere decir que todas las curvas deban ser siempre completamente conducidas. Como ya dije en uno de mis anteriores artículos, parto de la base de que no se pueden conducir todas las curvas en todas las situaciones y pendientes, pero sí que debemos entender que aprender a conducir las curvas es necesario para llegar al último estadio de la evolución de la técnica en pista.
La conducción nos aportará mayor velocidad y, por tanto, podremos generar y disfrutar mayores fuerzas y mayor aceleración. Además, en términos generales, podemos decir que una curva conducida es más eficiente que una derrapada y consiente un mayor aprovechamiento de la energía.
Por el otro lado he hablado de aumentar la amplitud de los movimientos. Esto en realidad va muy ligado a la conducción, ya que ésta nos proporcionará más velocidad y aceleración y por tanto nos permitirá generar más fuerzas (centrífuga-centripeta) y, consecuentemente, ampliar nuestro nivel de toma de cantos, inclinación, angulación, proyección del centro de masas, etc.
Por último, nos queda hablar de la precisión y eficiencia de los movimientos. ¿A qué me refiero? Pues me refiero a que cuanto más perfeccionado sea nuestro paralelo más se debe buscar la máxima precisión en nuestros movimientos y apoyos de forma que seamos capaces de obtener el mejor resultado posible de cada uno de ellos, maximizando el resultado obtenido en función del esfuerzo invertido. Esto pasa en primer lugar por evitar movimientos innecesarios y, en segundo lugar, por concentrarnos no sólo en pensar cuales son los movimientos que debemos realizar sino en como, cuando y con que amplitud y dirección debemos realizarlos.
Una vez más, para hacer patente que ‘una imagen vale más que 1000 palabras’, os he preparado un vídeo con algunas curvas en paralelo perfeccionado para que lo podáis comparar con el vídeo que publiqué hace unas semanas esquiando en paralelo elemental.
Espero que os guste,
La demostración realizada en este vídeo no pretende ajustarse a los cánones de ninguna escuela ni centro de formación
concretos y debe entenderse solamente como un soporte audiovisual que pretende ilustrar el contenido de este artículo.
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior