La pierna interior del esquiador.
Desde que empezamos a esquiar utilizando la cuña, se ha de considerar la función y correcta utilización de la pierna interior.
Las acciones de la pierna interior, deben facilitar y apoyar la acción dominante de la pierna exterior.
Si partimos de la actitud neutral, desde la que hemos de afrontar el inicio de la curva y recuperamos al finalizarla, la pierna interior, tiende a flexionarse en la entrada de la curva y a extenderse en la salida, (aunque varíe la amplitud y la velocidad de este gesto).
La acción de la pierna interior, se puede realizar con el esquí en contacto con la nieve o sin contacto, en función del objetivo y las circunstancias de realización.
Si analizamos el movimiento de flexión de las piernas y el efecto que tiene sobre la variación de la carga que realizamos sobre la superficie de apoyo, observaremos que ,partiendo de una posición extendida o de media flexión, durante el movimiento de flexión, disminuye la carga que ejercemos sobre nuestro punto de apoyo, hasta que lleguemos al límite de flexión o se pare el movimiento(cuando el movimiento de flexión se transmite a la bota, se llega al límite de amplitud del movimiento o la acción muscular frena la flexión), momento en que volverá a aumentar la carga.( Esto se puede comprobar de forma sencilla si hacemos el movimiento sobre una bascula).Este efecto de descarga-carga del movimiento de flexión, forma parte del sistema de “amortiguación del esquiador”.
Además del efecto de descarga, con la flexión de la pierna interior, se acorta la palanca que hace de eje virtual de la curva interior, lo que se ajusta perfectamente a la geometría de la curva, si queremos esquiar con los esquís en trayectorias paralelas.
El efecto direccional del esquí interior, se consigue al combinar la flexión de la pierna, con la rotación externa (hacia fuera) de la cabeza del fémur sobre la articulación de la cadera, la supinación del pie (apoyo sobre la parte externa) y la flexión activa del tobillo.
La rodilla interior, se ha de mantener relajada para evitar el bloqueo, facilitando los ajustes y proyectada sobre el eje anteroposterior de esquí interior.
El movimiento de la pierna interior, se comienza a utilizar, para hacer la transición de la cuña al paralelo, lo que se conoce como “viraje fundamental”. Se utiliza para hacer la transición, de esquiar en cuña, a hacerlo en paralelo en los esquiadores principiantes, pero si hablamos de esquiadores avanzados y expertos, se puede utilizar como recurso en el proceso de enseñanza/aprendizaje para construir y refinar el gesto de la pierna interior.
Las funciones principales de la pierna interior son:
*Facilitar la acción de la pierna exterior.
*Facilitar y mejorar el equilibrio en la curva, manteniendo el paralelismo y la conducción.
*Acompañar activamente la curva, para estar en óptima disposición de empezar su función como pierna exterior.
La practica analítica sobre la pierna interior, puede mejorar su posicionamiento, el equilibrio sobre esta pierna y sus posibilidades de movimiento. Pero hemos de tener en cuenta de integrar el movimiento coordinado con la pierna exterior, lo cual implica la simultaneidad del movimiento y el trabajo de “independencia de piernas” .Dedicarle demasiada atención a la pierna interior, puede ser contraproducente ya que inconscientemente hace que perdamos la dominancia del exterior que es la base de un esquí eficaz y eficiente.
Hay planteamientos técnicos que hablan de iniciar la curva con el esquí interior, pivotando sobre él como hacen los tanques o las maquinas pesadas, para cambiar de dirección, frenando la rueda interior. Este planteamiento raramente se puede identificar cuando analizamos la técnica de los mejores esquiadores y plantea serios problemas para adaptarse a la realidad física y biomecánica de la curva desde el punto de vista de la optimización de la técnica.
De todas formas, el desarrollo de las posibilidades de acción de la pierna interior, nos puede ayudar a ampliar nuestros recursos para mantener el equilibrio en cualquier situación, así como mantener nuestra capacidad de aprendizaje constante, que nos ha de permitir seguir enriqueciendo nuestro esquí, adaptarnos a las variaciones constantes que implica y mejorar la calidad de la experiencia.
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Nes