No sé cuántas personas sobrevivieron a la combinada alpina del sábado ni cuántas lograron reunir la energía suficiente para subir a esquiar al día siguiente. Lo que sí puedo decir es que las huestes nevasportianas se vieron reducidas a su mínima expresión. ¡El domingo aquello estaba vacío! Yo hice acto de presencia en pistas y poco más, tenía demasiado sueño. Pero, al menos, pude disfrutar de los preciosos paisajes de Cerler. Así se fraguaba la cosa en la estación durante los días anteriores a la kdd…
…Y así fue como la disfrutamos durante el fin de semana:
Para mí, después de haber hecho temporada en Cerler, éste ha sido el colofón ideal al mejor invierno de mi vida: amigos, juerga y buena nieve. No se puede pedir más. ¡Hasta el año que viene!
Página 3: Capítulo 3: El gran momento oficial anual