Hay tantisisisisisisimas fotos, que si las pongo todas de golpe, los que tengáis conexiones más lentas os íbais a acordar de todos mis antepasados, así que, por partes:
PARTE I - DE OSLO A HOLMENKOLLEN
Diciembre de 2007 . Lo que empezó siendo un viaje de turismo puro y duro, terminó girando única y exclusivamente alrededor del esquí. Todo lo que nos rodeaba nos recordaba la presencia del blanco elemento. Pero bueno, empecemos por el principio...
Recién llegadas a Oslo, en la estación de tren, nos fuimos a comprar los billetes para salir hacia Bergen en un par de días, y en uno de los andenes ya nos encontramos la primera señal:
Ya es casualidad que haya un pueblecito así llamado al sur de Oslo... Ese día lo dedicamos a ver Oslo, que además estaba plagada de mercadillos navideños, y totalmente decorada para las fiestas. Ideal para meternos de lleno en el ambientillo escandinavo!!!
Esta figurita que encontramos en una tienda donde sólo vendían adornos navideños, se la quiero dedicar a asisa, que me recuerda al tuercebotas de su firma...
La segunda señal, nos cayó directamente del cielo. Habiendo dejado esta estampa al acostarnos...
... nos levantamos con esta otra:
Me creeis si os cuento que era como si no hubiésemos visto nevar en la vida??? Rápidas y veloces, a la calle, que hay que aprovechar a tope!!! Ese día teníamos pensado acercarnos a conocer el trampolín de salto y el Museo del Esquí de Holmenkollen.
Moverse en Oslo en trasporte público no es complicado, asi que cogimos el metro (una mezcla entre los trenes de cercanías y lo que nosotros conocemos como "metro"), que circula subterráneo en el centro, y descubierto en los alrededores.
Próxima parada: Holmenkollen. Línea 1. 277m sobre en nivel del mar
Et voilá:
Ya veis que "eso blanco" que caía del cielo, nos seguía acompañando...
Llegados a este punto, vista al frente: parte del fiordo de Oslo bajo un cielo plomizo que auguraba más nieve!!!
...y vista hacia nuestras espaldas: lo que nos esperaba!!!
Como detalle, os contaré, que desde la parada de metro hasta la base del trampolín hay aproximadamente unos 200-300m de cuestecitas. Nos llamó mucho la atención que, para que no resbalase la gente en las pendientes, esparcían en las aceras una especie de piedrecitas, muy parecidas a la gravilla, que te ayudaban a traccionar y no resbalar.
Nada más llegar a la base del trampolín, nos encontramos con un edificio, lleno de banderitas de Noruega por todas partes y este escudo presidiendo la entrada:
Se trata del Skiforeningen, la Asociación para la Promoción del Esquí en cualquiera de sus variedades. Creado en Febrero de 1883, en la actualidad cuenta con más de 50.000 miembros, y además de promover el esquí, se encarga de organizar las competiciones que tienen lugar en Holmenkollen. Eso es difundir este deporte, y lo demás, tontería!!
Al llegar a la base, aún nos parece más impresionante si cabe. Vista hacia arriba:
Y hacia abajo, hacia el foso:
Una impresionante vista desde la base hacia el fiordo de Oslo:
Rodeando el trampolín hay un bosque muy frecuentado por los habitantes de Oslo, tanto en verano para pasar el día, como en invierno para practicar esquí de fondo y demás deportes de invierno.
Y al llegar justo a la entrada, nos encontramos con esta estampa:
Lo que a nosotras nos parecieron dos especímenes vestidos de ¿¿conejos??, estaban sentados en pieles de reno y rodeando una pequeña hoguera. Luego supimos que eran los últimos días de cole de los niños, y como allí desde que son chiquititos aprenden lo que es la cultura del esquí, les habían llevado de visita al museo. Es tradición que los niños decoren el árbol de navidad con cadenetas de papel, y así lo estaban haciendo con el que había en el interior. Y resulta que para entrar en calor al final, al salir a la calle, calentaban a la lumbre nubes de caramelo pinchadas en un palito de madera.
Seguro que queréis saber que más había dentro, pero eso lo dejo para siguiente entrega: PARTE II - EL MUSEO DEL ESQUÍ
Slds!!!