Después de quedar alucinadas con cada vitrina, y con cada objeto expuesto en el museo, llegamos a... un ascensor!!!
Abróchense los cinturones!! Próxima parada: lo más alto del trampolín!! Cuál fue nuestra sorpresa cuando nos dimos cuenta que el recorrido del ascensor finalizaba apenas dos pisos más arriba. Después...
...un tramo de escaleras...
...seguido de otro más...
...y otro por si nos habíamos quedado con ganas de más. Escaleras a millones, incómodas de subir y/o bajar, y empinadísimas, todo sea dicho (bueno, hacia la mitad hay un pequeño rellano con un banquito, para el que necesite recuperar oxígeno...) Pero todo esto mereció la pena sólo por llegar arriba y contemplar esto bajo nuestros pies:
Miedo da sólo pensar en deslizarse por ahí con unos tablones en los pies a toda velocidad, y tener que aterrizar abajo sano y salvo!!!
Vistas desde los otros laterales del mirador:
Nos quedamos un buen rato en el mirador, mientras seguía subiendo y bajando gente, hasta que decidimos armarnos de valor para emprender el descenso (no menos importante que la ascensión... )
Ni que decir tiene que el camino de bajada, lo hicimos completamente en silencio, conscientes de que aquella visita estaba tocando a su fin. Abríamos los ojos más aún si cabe delante de cada expositor, de cada objeto colgado en la pared, contemplando cada detalle que se nos pudiese haber escapado. Una visita a la tienda para comprar algunos recuerdos, y de vuelta a la calle.
Sólo nos quedaba cotillear una cosa que habíamos visto a la entrada:
Qué hace este buen hombre aquí colgado???? La solución, bajando las escaleras:
Un simulador!!! Y si, ya que estamos, hacemos la "turistada" completa??? Ale, p´arriba!!! Un viaje para las dos solitas, delante de una pantalla en la que un corredor baja a velocidades endemoniadas por pendientes de vértigo. Sientes cada mínima vibración de los esquís del corredor, e incluso el frío y la velocidad, ya que te enchufan el chorro de aire directamente en la cara. Lo que nos pudimos reir en la cápsula esa metidas!!!
Y hasta aquí nuestras aventuras en Holmenkollen. Nos gustó tanto que incluso tuve que arrancar de allí a Quione, que se habís hecho fuerte en un poste de la luz, de regreso al metro:
Ah!! Y un dato: desde el pasado 1 de Octubre, tanto el museo como el trampolín, se encuentran cerrados al público, dado que se están llevando a cabo los trabajos de adecuación que permitirán a Holmenkollen albergar las pruebas de la Copa del Mundo de Esquí Nórdico en 2011:
Y por último, un vídeo que grabó Quione, como regalito a los amigos de Retro:
Esperamos que os haya gustado.
Página 2: PARTE II - EL MUSEO DEL ESQUÍ