Sin duda alguna la Vallée Blanche es la meca de los esquiadores (y snowboarders) expertos. Aunque en muchos de sus tramos su pendiente tendría una calificación de azul, hay que tener en cuenta que estamos ante un larguísimo itinerario no pisado, con tramos donde el hielo pone las cosas difíciles e incluso donde pueden aparecer grietas en el momento más inesperado.
Se recomienda ir con algún guía de montaña, aunque no son pocos los que se aventuran a hacérsela por su cuenta. En total son unos 22 kilómetros de descenso continuado que se podrían hacer en algo más de dos horas si se está en buena forma física, pero para disfrutar de la experiencia hay que detenerse a observar el paisaje, escuchar el silencio, y hacerse alguna 'parada técnica' en los refugios.
Todo ello hace que para hacerse la Vallée Blanche se requiera de toda una jornada. Esto, sumado a los 550 escalones metálicos que hasta este año había que subir para llegar al tren de Montenvers, hace que una vez se llegue abajo, de lo que se tenga ganas es de ir a conquistar alguno de los locales de Chamonix.
Pero desde este sábado parece que el final será algo más cómodo gracias al nuevo telecabina Mer de Glace. El objetivo era estrenarlo en el mes de diciembre, pero la empresa asegura que el sistema de trabajo, más respetuoso con el medio ambiente ha retrasado el estreno. Por ejemplo, no se podía usar helicópteros para trasladar material, pese a que irónicamente siguen los vuelos panorámicos para que los turistas puedan ver el glaciar.
Sustituye al que se montó en 1990. Pero el retroceso del glaciar lo dejó lejos del final de l itinerario, lo que obligó a construir los famosos escalones. Primero fueron unos 300, y luego los 550 peldaños actuales. La empresa, Compagnie du Montblanc, ya ha dicho que no se construirán más escaleras. Antes de hacerlo, deberá replantearse el modelo de negocio.
De momento el telecabina solo es accesible para los esquiadores que se hayan hecho la Vallée Blanche y quieran regresar a Montenvers para tomar el tren. Por eso no se pone en marcha hasta las 10.30h. El horario de cierre es a las 16h.
Se permite el acceso de esquiadores de montaña de 10.30h a 11.30h. Es decir, para los que llegan a Montenvers y se ponen a subir la Vallée Blanche.
Arriba cada año se excava una cueva de hielo. Una atracción turística tanto para los esquiadores que quieren hacerse la Vallée Blanche como para turistas sin esquís. De momento estos últimos deberán esperar hasta nuevo aviso.
Para conocer al detalle la Vallée Blanche y hacerse una idea de qué nos depara la bajada en esquís más larga del mundo, nada mejor que leerse este excelente reportaje de Los Gatos del Pirineo: