Así que cuando una estación como Killington, plantada en pleno Vermont, anuncia que aguantará hasta el mes de junio, no son pocos los que se muestran escépticos. Pero la realidad es que no solo lo ha logrado este año, sino que en 2017 también lo consiguió. Antes de eso solo en 2002 gracias a unas muy generosas nevadas.
Y es que en las dos últimas ocasiones, la de 2017 y la de este 2019, parte del mérito está en el potente sistema de nieve artificial que ha montado Powder Corp., propietaria de Killington y una decena más de estaciones de esquí más repartidas por los Estados Unidos.
Esto les ha permitido además, abrir antes la temporada. De hecho en 2015 fueron los que inauguraron la campaña de esquí en Estados Unidos adelantando incluso a Loveland y A-Basin, que en aquel momento estaban enzarzadas en su tradicional batalla por ser la primera en abrir.
En general, cuando todavía las hojas amarillentas del otoño están por caer, Killington ya está en disposición de abrir la temporada. Y pocas semanas después, ya en el mes de noviembre, puede incluso acoger toda una prueba de Copa del Mundo femenina, que se ha ganado en los últimos años no solo por el esfuerzo en tenerlo todo listo, sino por la cantidad de espectadores que acuden a ver las pruebas.
Lograr esto en la costa este es todo un mérito. Por eso los esquiadores aplauden los enormes esfuerzos de la estación por ofrecer la mayor cantidad de jornadas abiertas. Esta temporada han logrado abrir 211 días para el esquí. Es decir, que si contamos un año natural, han estado más días con las pistas operativas que cerradas.
Así que no es de extrañar que cuando anunciaran que al igual que lo hicieran en 2017, este 2019 iban a volver a llegar al mes de junio, pocos fueran los que se pararan a mirar como estaban las condiciones. Hoy domingo han cerrado la temporada y lo han hecho acompañados de muchos incondicionales. Y si alguien no lo cree, solo tiene que ver estas fotos para ver en que condiciones muchos han aceptado decir adiós a la temporada con Killington...