Se está apostando por los servicios al esquiador. Se ha hecho menos de lo que queríamos por plazos, por tiempo y porque en el mundo de la nieve el material no se sirve de un mes a otro, sino de una temporada para otra. Se ha apostado por la innivación artificial, en un primer paso de lo que será un proceso de tres años. Para esta temporada hemos reforzado la zona de Pista Grande para garantizar la apertura. También tenemos una máquina pisapistas nueva, que es un valor indirecto para el cliente. Igualmente se van a cambiar la señalización y las protecciones de pilonas y cañones, se crean centros de restauración nuevos y se amplía el parquin, añadiendo unas 100 plazas más. Esto, sumado a lo del año pasado, aumenta la capacidad de vehículos en un 40%. En cuanto al alquiler de esquís, hemos incluido nuevos equipos y una máquina de nueva tecnología para mantenerlos en las mejores condiciones posibles.
De cara a próximas temporadas, ¿habrá más inversiones?
Sí, seguro. Se está trabajando en el plan director, en el que se prevén inversiones a lo largo de los próximos años.
Además esta temporada se llega a un acuerdo con la estación de Astún para ofrecer 100 kilómetros esquiables.
Uno de los objetivos de los nuevos inversores es incrementar el dominio esquiable. Y nosotros podemos unir las pistas de Astún y Candanchú haciendo un puente en la carretera. Es muy fácil la unión física, pero es un proyecto que hay que trabajar. Es una apuesta muy importante en favor del territorio. Nos situamos como la cuarta estación más grande de España.
¿Por qué no se alcanzó antes este acuerdo? La temporada 1999-2000 fue el precedente de esta unión y se superaron los 300.000 esquiadores.
Creo que cada uno en su época hizo lo que tenía que hacer. Cuando entré, mi intención era unirnos, pero los propietarios en su día tenían su opinión. No obstante, era una cosa que se demandaba a gritos por parte de los clientes y por parte del territorio. Pero pido que la unión no solo sea cosa de las estaciones de esquí, tienen que apoyar también los hoteles, los establecimientos. Nosotros hacemos un esfuerzo pero tiene que ser una apuesta del territorio, y también pública.
¿Cómo va la venta de abonos?
Se está animando en estos últimos días, como siempre ha pasado. La venta empezaba bien, bajaba y la última semana se desbordaba. Y es lo que está pasando. Se empezó bien, hubo un receso y el lunes se incrementó. Cabe recordar que este año los abonos son de Astún y Candanchú, no los hay por separado. Es un reto fuerte, pero es la única manera de apostar por un dominio conjunto.
Ha comenzado también el proceso de selección para cubrir 90 vacantes. ¿Se han recibido muchas solicitudes?
Muchísimas. Se han incrementado los puestos de trabajo para esta temporada, y seguramente se necesitará más gente. Pero sobre el número exacto ya iremos dando información.
Este año se ha empezado con la unión entre Astún y Candanchú, pero ¿cree que llegará finalmente la unión de estaciones con Formigal?
Ese es el objetivo, y el consejo de administración de Candanchú lo ha dicho. No tenemos que luchar dentro de Aragón. Debe ser Nieve de Aragón la que luche con destinos como Cataluña o Andorra. Si lo hacemos entre nosotros nos estamos quitando el pan, y tenemos que ir a otros frentes. Y Nieve de Aragón se tiene que meter con un forfait único.
Aunque este año el Gobierno de Aragón ha anunciado una nueva moratoria en el cobro del impuesto del cable, que grava los remontes, ¿cómo llegaría a afectar a esta estación si se hiciera efectivo?
Yo espero que no siga adelante, porque son 370.000 euros, y en una cuenta de explotación... No creo que el Gobierno de Aragón quiera perjudicar a una estación y a un territorio. No se entendería, porque las estaciones de esquí suponen un porcentaje muy importante del PIB de Aragón.
