En 2008 los talibanes invadieron el valle de Swat, donde se encuentra la estación de esquí de Malam Jabba, y como no, declararon que aquello no iba con sus creencias religiosas. Así que quemaron el hotel, destruyeron las instalaciones y derribaron el telesilla. Se había montado años atrás gracias a la colaboración del gobierno austriaco, quien financió gran parte de las obras del remonte. Permitía subir a lo alto de la única pista que existe, bien para bajarla esquiando o para simplemente darse una vuelta por allí arriba.
Por fortuna lograron sacar de allí rápidamente a los talibanes, pero el mal ya estaba hecho. A lo largo de estos años se han ido arreglando algunas instalaciones, hasta llegan turistas en los meses de invierno e incluso se ha llegado a celebrar alguna competición, aunque eso sí, subiendo antes a pata la pista. Pero para el telesilla nunca había dinero., entre otras cosas por la corrupción endémica, según denunció el Ministro de Turismo durante la inauguración.
Finalmente una empresa con sede en Pakistán se ha hecho cargo de la renovación del remonte, mejorando de paso lo que había. La longitud es prácticamente la misma, tiene 640 metros de largo, pero se ha doblado su capacidad de transporte, pasando de las 52 sillas a las 103 de ahora, y de las 104 plazas a 206.
La misma empresa está construyendo un hotel de cinco estrellas con grandes habitaciones, salas de conferencia y todo tipo de servicios como spa, wellness, gimnasio, sala de banquetes, etc... además de diferentes tipo de restaurantes.
El objetivo es que en Malam Jabba se pueda practicar todo tipo de actividades de verano e invierno como el patinaje, esquí, senderismo, mini golf, equitación, tiro con arco, parapente, tirolesa, snowboard y muchos más. De todas maneras es necesario también que el Gobierno arregle la carretera de acceso, de más de 45 kilómetros y llena de baches que hace que el viaje sea una tortura de muchas horas, por lo que muchas personas desisten de subir.