Pese a lo estrambótico de la idea, no fueron pocos los que ni cortos ni perezosos se plantaron allí con sus animales. Patos, tortugas, gallinas, gatos, perros y hasta un pez de colores. Este último no pudo participar porque el recipiente no era totalmente estanco y no se pudo asegurar que al caer el animalillo muriera. La tortuga, que en esta época debería estar hibernando, apenas pudo salir de su caparazón, pero la dejaron participar.
Las gallinas y los gatos, se pasaron la mañana saliendo disparadas en la dirección contraria a donde estaban los perros para poner la mayor cantidad de tierra (o mas bien nieve) de por medio. El éxito de público fue aplastante, que además aplaudían los trucos de sus dueños para lograr que sus mascotas encauzaran la linea de meta rápidamente.
Perros, gatos y varios animales con patas. Lo lógico sería que estos hubieran ganado. Pues bien, aquel cuento de la liebre y la tortuga parece que tiene algo de realidad. Los perros salieron disparados tras los gatos, y los pobres felinos corrían todo lo que podían hacia cualquier dirección, y con ellos las gallinas, que aleteando trataban de ganar posiciones a los gatos.
Así que en primer lugar quedó un pato. Usó sus alas para saltar mas que correr, y ganó a los pocos perros que no quisieron seguir a los gatos. En segundo lugar quedo la tortuga! Y en tercer lugar un conejo que había sido atado a una tabla de snowboard.
Los organizadores han anunciado que lograron atraer a 40 personas y sus mascotas y que quieren repetir el evento el año que viene, algo que no extraña tras el éxito mediático que ha tenido la carrera.