La inmobiliaria Nozar presentó ayer Concurso Voluntario de Acreedores (antiguamente Suspensión de pagos), al no poder alcanzar un acuerdo con los bancos para renegociar su deuda. Nozar acumula una deuda de 700 millones de euros y debía aportar 70 más al capital circulante de la empresa. La mayor parte de la deuda de Nozar es
con Hacienda y un elevado número de acreedores que no son bancos. Nozar se une así a la lista de las declaraciones de insolvencia en el sector del ladrillo, en la que figuran firmas como Martinsa Fadesa, promotora del complejo de esquí de la Vall Fosca, Habitat, Aifos, Tremón y DHA.
Sin embargo, la dirección de la estación afirma que el futuro del complejo está asegurado, sea quien sea el propietario. Cabe recordar, en este punto, que Boí Taüll figura como garantía de pago de Nozar por deudas con la inmobiliaria Colonial, que ascienden a 147 millones.
El consejero delegado de
Boí Taüll, Jordi Sabaté, explicó que
"La matriz [de la propiedad] puede cambiar, pero el complejo ha trabajado en el último año y medio para procurar que el proyecto sea autónomo y trabaja para que sea rentable, lo que explica que abra seis meses al año y que hayan recortado la plantilla para ajustar los gastos a los ingresos.
Además, dijo que el complejo ha concertado un crédito con tres entidades bancarias con un
aval del Instituto Catalán de Finanzas (ICF) con el objetivo de atender
"las necesidades puntuales de la estación, porque este invierno no ha sido especialmente bueno", ya que la crisis ha perjudicado
"las estaciones que dependen de la pernoctación". Finalmente, Sabaté defendió que el proyecto de la estación
"se llevará a cabo y si esta funciona, es independiente de lo que suceda con Nozar".